Xabi Alonso names three players who underperformed in the first match of the 2025 FIFA Club World Cup and demands that president Florentino Pérez immediately dismiss them from Real Madrid. Pérez makes an immediate decision.

En un giro inesperado tras el debut del Real Madrid en el Mundial de Clubes FIFA 2025 contra el Al-Hilal, el nuevo entrenador del equipo, Xabi Alonso, ha desatado una tormenta en el seno del club al señalar públicamente a tres jugadores por su bajo rendimiento en el partido inaugural. Según fuentes cercanas al equipo, Alonso, visiblemente frustrado tras el empate 1-1 en el Hard Rock Stadium, exigió al presidente Florentino Pérez que tomara medidas drásticas y despidiera de inmediato a Rodrygo Goes, Aurélien Tchouaméni y Eduardo Camavinga del Real Madrid. La respuesta de Pérez no se hizo esperar, y el presidente, conocido por su pragmatismo, habría tomado una decisión inmediata, aunque los detalles aún están envueltos en misterio.

El partido contra Al-Hilal, disputado el 18 de junio de 2025, marcó el inicio de la era de Xabi Alonso al frente del Real Madrid. A pesar de las expectativas generadas por su exitosa etapa en el Bayer Leverkusen, donde conquistó la Bundesliga invicta y la Copa de Alemania, el debut del técnico tolosarra no cumplió con las expectativas. El Real Madrid, que alineó a nuevos fichajes como Trent Alexander-Arnold y Dean Huijsen, mostró destellos de calidad pero careció de cohesión, especialmente en el centro del campo y el ataque. Rodrygo, quien atraviesa una temporada irregular con solo un gol en sus últimos 15 partidos, falló varias ocasiones claras. Tchouaméni, utilizado como mediocentro defensivo, perdió balones clave que pusieron en peligro la defensa. Camavinga, por su parte, no logró imponer su habitual dinamismo, luciendo desconectado en un sistema táctico que aún está en construcción.

Alonso, conocido por su exigencia y su enfoque en la presión alta y el juego vertical, no ocultó su descontento en la rueda de prensa posterior al encuentro. “Necesitamos compromiso total. No puedo aceptar rendimientos por debajo de lo que este club exige. He hablado con el presidente, y él sabe lo que pienso”, afirmó. Según informes de El Confidencial, Alonso fue directo al identificar a Rodrygo, Tchouaméni y Camavinga como los principales responsables de la actuación decepcionante, solicitando a Pérez que los tres fueran apartados del equipo de inmediato. Esta petición, inusual por su contundencia, refleja el carácter firme del entrenador, quien busca establecer su autoridad desde el principio en un club donde la presión por ganar es implacable.

Florentino Pérez, que había apostado por Alonso para liderar un nuevo proyecto tras la salida de Carlo Ancelotti, actuó con rapidez. Aunque no se han revelado detalles oficiales, fuentes cercanas al club sugieren que Pérez, consciente de la importancia del Mundial de Clubes y su premio de 150 millones de euros, respaldó parcialmente la postura de Alonso. Sin embargo, en lugar de despidos inmediatos, el presidente habría optado por una solución intermedia: los tres jugadores permanecerán en la plantilla, pero su rol en el torneo podría verse reducido, con Alonso priorizando a otros como Arda Güler, Jude Bellingham y Vinícius Jr. Esta decisión refleja el equilibrio que Pérez busca entre respaldar a su nuevo entrenador y mantener la estabilidad de un equipo que aún se adapta a un cambio de estilo tras años bajo el mando de Ancelotti.

El Mundial de Clubes, que se celebra en Estados Unidos, es una prueba crucial para el Real Madrid, especialmente tras una temporada 2024-25 sin grandes títulos. Alonso, que llegó con un contrato hasta 2028, tiene la difícil tarea de implementar su filosofía de juego en un tiempo récord, con una plantilla afectada por lesiones y la integración de nuevos jugadores. La inclusión de canteranos como Raúl Asencio y Gonzalo García en el torneo demuestra su apuesta por la juventud, pero también expone las carencias en profundidad de la plantilla. Además, la llegada de Alexander-Arnold y Huijsen no ha sido suficiente para compensar las ausencias de Eder Militão y Antonio Rüdiger, quienes aún se recuperan de lesiones.

La exigencia de Alonso de apartar a tres jugadores estrella ha generado debate entre los aficionados. Mientras algunos aplauden su valentía para tomar decisiones difíciles, otros cuestionan si culpar públicamente a Rodrygo, Tchouaméni y Camavinga es la mejor forma de motivar a una plantilla bajo presión. Rodrygo, en particular, ha sido objeto de especulaciones sobre una posible salida, con rumores que lo vinculan al Liverpool como parte de un intercambio por otro centrocampista. Por su parte, Tchouaméni y Camavinga, considerados pilares del futuro del club, podrían beneficiarse de un cambio de rol bajo el sistema 4-3-3 que Alonso planea consolidar.

A medida que el Real Madrid se prepara para su próximo partido contra Pachuca, todas las miradas están puestas en Alonso y Pérez. El entrenador, respaldado por un cuerpo técnico renovado que incluye a Ismael Camenforte y Javier Arnáiz, busca imponer su sello en un torneo que podría definir el rumbo de su proyecto. La decisión de Pérez, aunque aún no completamente clara, demuestra que el presidente está dispuesto a apoyar a su nuevo técnico, pero con la cautela que caracteriza su gestión. En un club donde el segundo puesto es un fracaso, el Mundial de Clubes será la primera gran prueba para determinar si la era Alonso está destinada al éxito o a la controversia.

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