El universo de la WWE está en vilo tras una declaración alarmante emitida por el Director de Contenido de la compañía, Paul “Triple H” Levesque, sobre el estado de salud de Roman Reigns. El “Jefe Tribal”, quien ha dominado la WWE como Campeón Universal Indiscutido, fue víctima de un despiadado ataque que lo ha dejado en condición crítica, según las palabras de Triple H. Este incidente, ocurrido en el reciente episodio de Monday Night Raw, ha desatado una ola de preocupación entre los fanáticos y ha puesto en duda el futuro inmediato del ícono samoano en el ring.
El caos estalló tras el evento principal, cuando Reigns, visiblemente agotado tras defender su título en una lucha agotadora, fue emboscado por un grupo liderado por Solo Sikoa, acompañado por Tama Tonga, Tonga Loa y el temido Jacob Fatu, quienes han proclamado una nueva versión de The Bloodline. Lo que comenzó como una confrontación verbal escaló rápidamente a una agresión física sin precedentes. Reigns fue atacado con sillas, mesas y movimientos devastadores, incluyendo un brutal “Samoan Spike” de Sikoa que lo dejó inconsciente en el centro del ring. Las imágenes del campeón siendo atendido por médicos mientras Paul Heyman gritaba desesperado han dado la vuelta al mundo, generando una reacción visceral en la comunidad de la lucha libre.
En una declaración oficial emitida horas después del incidente, Triple H no escatimó en describir la gravedad de la situación: “Roman Reigns ha sido llevado a un centro médico tras el ataque sufrido esta noche. Su condición es crítica, y estamos esperando más información sobre el alcance de sus lesiones. Este tipo de violencia no tiene cabida en la WWE, y prometo que habrá consecuencias para los responsables”. Aunque Triple H no entró en detalles específicos sobre las heridas de Reigns, fuentes cercanas a la compañía sugieren que podría haber sufrido contusiones severas y posibles lesiones internas, lo que pone en riesgo su participación en eventos futuros, incluyendo el próximo Premium Live Event.
El ataque marca un punto de inflexión en la saga de The Bloodline, que ha sido el eje de las principales historias de la WWE durante años. Desde que Solo Sikoa asumió el liderazgo de una facción renovada en ausencia de Reigns tras WrestleMania 40, las tensiones han ido en aumento. Los fanáticos especulan que este acto de traición podría ser el preludio de una guerra total entre las dos versiones de The Bloodline, con Reigns luchando no solo por su salud, sino también por recuperar su posición como el verdadero “Jefe Tribal”. Sin embargo, la incertidumbre sobre su estado físico añade un elemento de drama real a una narrativa ya cargada de emociones.
La comunidad de la WWE ha reaccionado con una mezcla de indignación y preocupación. En redes sociales, hashtags como #PrayForRoman y #JusticeForReigns se han vuelto virales, mientras los fanáticos exigen respuestas y castigo para los agresores. Algunos incluso han señalado la ausencia de aliados clave de Reigns, como Jey Uso y Sami Zayn, durante el ataque, lo que ha generado preguntas sobre posibles fracturas dentro del círculo íntimo del campeón.
Por ahora, la WWE ha anunciado que se proporcionarán actualizaciones sobre la salud de Reigns en los próximos días, mientras Triple H y el equipo directivo evalúan cómo proceder con las historias en curso. Lo que está claro es que este ataque ha cambiado el panorama de la compañía, dejando a los fanáticos al borde de sus asientos mientras esperan noticias del hombre que ha definido una era en la lucha libre.
¿Podrá Roman Reigns superar esta crisis y regresar más fuerte que nunca, o marcará este ataque el fin de su reinado como el rostro de la WWE? El video completo del incidente está circulando en línea, y los fanáticos no pueden dejar de analizar cada detalle de esta tragedia en el ring. La lucha libre, una vez más, demuestra que puede ser tan impredecible como devastadora.