“Que no se le olvide quién lo puso en su lugar”: Estalla la guerra de declaraciones entre Canelo Álvarez y Jaime Munguía
Ciudad de México — Lo que comenzó como una supuesta alianza entre dos de los nombres más poderosos del boxeo mexicano ha dado un giro inesperado. Jaime Munguía, tras vencer a Bruno Surace en una pelea que dejó más dudas que certezas, encendió la mecha con una frase que ha desatado un torbellino de reacciones: “Yo sigo mi camino. No necesito vivir bajo la sombra de nadie”.
Aunque no mencionó nombres, el mensaje era claro. Y Canelo Álvarez, el campeón indiscutido, no tardó en responder.
Desde su hotel en Riad, Arabia Saudita, y ante medios internacionales, Canelo rompió el silencio con pólvora pura:
“Munguía tuvo un buen desempeño en la pelea, pero debe seguir trabajando para ser campeón de México. Solo espero que no se le olvide quién lo puso en su lugar.”
La tensión, que parecía enterrada entre entrenamientos compartidos y gestos de camaradería en campamentos recientes, ha salido a flote con fuerza. Apenas hace unas semanas, cámaras captaron a ambos intercambiando sonrisas y consejos durante una sesión privada en Arabia. El respeto mutuo parecía inquebrantable. Hoy, ese respeto pende de un hilo.
El origen de la ruptura
La pelea entre Munguía y Surace, una revancha controvertida, dejó a los fanáticos divididos. Aunque Munguía ganó por decisión, muchos consideran que no mostró la contundencia esperada. Sin embargo, lo más comentado no fue el resultado, sino la actitud que mostró en la conferencia posterior. Allí lanzó esa frase envenenada que muchos vieron como una traición.
Munguía, de 27 años, ha sido una de las grandes promesas del boxeo mexicano. Su talento es indiscutible, pero su cercanía con el equipo de Canelo en años recientes parecía una estrategia para fortalecer su camino al estrellato. Ahora, esa cercanía se ve empañada por el orgullo, la ambición y, quizá, la impaciencia.
Reacciones divididas en redes
Las redes sociales no tardaron en explotar. Por un lado, seguidores de Munguía lo defienden como un boxeador que busca hacerse de un nombre propio, sin vivir a la sombra del gran campeón tapatío. Por otro lado, los leales a Canelo lo ven como un “malagradecido” que ha olvidado de dónde viene.
“Sin Canelo, Munguía seguiría peleando en carteleras secundarias”, escribió un aficionado en Twitter. Otro, más conciliador, opinó: “Munguía tiene derecho a buscar su camino, pero las formas importan. Y esto se sintió como una bofetada al mentor”.
Incluso algunos periodistas deportivos han sugerido que esto podría ser parte de una estrategia calculada. Después de todo, un enfrentamiento mediático bien manejado podría servir como preludio para una futura pelea entre ambos —una que rompería taquillas en todo México y más allá.
¿Una pelea inevitable?
Aunque por ahora no hay indicios formales de que se esté planeando un combate entre Canelo y Munguía, la tensión creciente podría terminar llevando a ambos al ring. El público ya lo exige. La historia está servida: dos generaciones, dos estilos, dos egos chocando con fuerza.
Y mientras tanto, el equipo de Canelo guarda silencio sobre si continuarán trabajando con Munguía. La frase “que no se le olvide quién lo puso en su lugar” ha sido interpretada por algunos como una amenaza velada: si Munguía quiere volar solo, tendrá que aprender a hacerlo sin la red de protección del campeón.
Conclusión
El boxeo mexicano vive momentos intensos. Más allá de los títulos y las cifras, lo que está en juego ahora es el legado, el respeto y el orgullo. Jaime Munguía ha desafiado al hombre que domina la cima del boxeo mexicano actual. Y Canelo, como pocas veces, ha respondido sin filtros.
¿Se viene una pelea entre ambos? ¿Fue esto solo una provocación calculada para elevar su perfil? O, como muchos temen, ¿estamos ante el inicio de una ruptura definitiva entre maestro y pupilo?
El tiempo lo dirá. Pero por ahora, el ring se prepara para una batalla que podría cambiar la historia reciente del boxeo mexicano.