El mundo del automovilismo se puso en llamas el fin de semana pasado cuando Valentino Rossi, un hombre que muchos creían que había colgado los guantes de las carreras para siempre, dio una clase magistral en los 100 km Champions 2025. El Doctor, sí, ese Doctor, realizó una vuelta absolutamente loca que dejó a los fanáticos, rivales e incluso a los comentaristas sin aliento. Y por si eso no fuera suficiente para volarte el motor, Rossi anunció casualmente que regresa a MotoGP para derrotar a nadie menos que Marc Márquez.
Tomemos un momento para reflexionar sobre esto.
Rossi, que se retiró de MotoGP en 2021, claramente pasó los últimos años subiendo de nivel a una dimensión de habilidad completamente diferente. En el evento de campeones de 100 km, su vuelta de locura fue tan quirúrgica que dejó a los demás competidores preguntándose si deberían molestarse en presentarse el año que viene. Ver a Rossi correr era como presenciar a una deidad desmantelando con indiferencia los egos mortales.
Y entonces llegó la verdadera bomba: durante la entrevista posterior a la carrera, Rossi se puso de pie frente a una prensa estupefacta, sonriendo como un gato con un plato de crema, y declaró: “Vuelvo a MotoGP. Es hora de demostrarle a Marc Márquez quién es el verdadero campeón”.
Se desata un pandemonio absoluto.
Las redes sociales se llenaron de reacciones que iban desde “¿Esto es real?” hasta “Que alguien controle a Márquez, debe estar sudando la gota gorda en este momento”. Mientras tanto, Márquez, siempre el enigmático competidor, respondió con una publicación críptica: “Veamos si todavía puede seguir el ritmo. 🏁”.
Mientras Internet intenta procesar este giro alucinante de los acontecimientos, una cosa está clara: MotoGP 2025 acaba de convertirse en la temporada imprescindible. ¿Rossi realmente destronará a Márquez o se trata simplemente del equivalente en las carreras a una crisis de la mediana edad sobre dos ruedas? De cualquier manera, el tren de la expectación ya partió y no hay forma de detenerlo.
Estén atentos a lo que promete ser un año de fuegos artificiales, drama y tal vez algunas lágrimas cuando Valentino Rossi regrese a la parrilla. Una cosa es segura: el Doctor aún no está listo para colgar el estetoscopio.