Pekín, China – En un movimiento que parece sacado de una película de ciencia ficción, el CEO de BYD, el gigante chino de vehículos eléctricos, ha revelado el primer auto volador del mundo con un precio revolucionario: solo $6,999 dólares. Este anuncio ha causado un terremoto en la industria del transporte, dejando a gigantes automotrices de Estados Unidos y los Países Bajos tambaleando ante una innovación sin precedentes.

Durante décadas, la idea de un auto volador ha sido un sueño lejano, reservado para multimillonarios o prototipos inalcanzables. Sin embargo, BYD ha roto todas las barreras. Con este lanzamiento, la empresa no solo redefine la movilidad urbana, sino que también abre la puerta a una nueva era del transporte accesible, sostenible y futurista.
Por apenas lo que cuesta un teléfono de alta gama, cualquier persona podría adquirir esta maravilla tecnológica. ¿El resultado? Las redes sociales han explotado. Videos del prototipo sobrevolando ciudades chinas se han vuelto virales y las reservas anticipadas ya superan las 100,000 unidades en tan solo una semana.

¿Cómo lo lograron? Según fuentes cercanas al proyecto, el modelo incorpora propulsión eléctrica vertical (eVTOL), materiales ultraligeros de fibra de carbono, y un sistema de navegación autónomo basado en inteligencia artificial.
El auto volador puede elevarse verticalmente como un dron, alcanzar velocidades de hasta 120 km/h y recorrer distancias de hasta 100 km por carga. Además, se puede cargar en casa con un enchufe estándar, eliminando la necesidad de estaciones especiales o combustibles fósiles.
Uno de los pilares de esta innovación es su compromiso con la energía limpia. A diferencia de los vehículos a combustión o incluso muchos autos eléctricos actuales, este auto volador utiliza baterías de última generación libres de cobalto, más seguras y ecológicas.
El CEO de BYD declaró: “No se trata solo de volar. Se trata de transformar nuestra relación con el planeta. Hemos creado un vehículo accesible que no contamina, no congestiona las calles y empodera a las personas”.
Las industrias automotrices tradicionales no tardaron en reaccionar. Mientras Tesla aún enfrenta problemas de producción en nuevos modelos, y marcas europeas como Volkswagen y Stellantis intentan ponerse al día con el mercado eléctrico, BYD ha dado un salto cuántico.
Expertos de la industria ya hablan de una “crisis de competitividad” para las empresas estadounidenses y neerlandesas. La combinación de precio bajo, innovación tecnológica y atractivo ecológico ha colocado a BYD en una posición de liderazgo indiscutible en el nuevo paradigma de transporte aéreo personal.
Las implicaciones son enormes. Con autos voladores económicos y ecológicos, podríamos ver un alivio en el tráfico urbano, una reducción significativa de emisiones contaminantes y un rediseño completo del concepto de infraestructura vial.
Los analistas predicen que, de masificarse este modelo, se reducirá la necesidad de autopistas, túneles y hasta líneas de metro en muchas ciudades. Además, podría generar nuevas oportunidades de empleo en mantenimiento aéreo, programación de rutas y servicios de movilidad urbana aérea.
En plataformas como Facebook, TikTok y X (antes Twitter), la noticia ha generado un aluvión de comentarios, memes y debates. Mientras algunos se muestran escépticos, otros ya sueñan con evitar los atascos matutinos surcando el cielo.
El hashtag #AutoVoladorBYD ha superado los 50 millones de visualizaciones en 48 horas. Muchos influencers tecnológicos ya comparan este lanzamiento con el impacto del primer iPhone en 2007.
Lo que comenzó como un rumor se ha convertido en la mayor revolución tecnológica del transporte en lo que va del siglo XXI. El auto volador de $4,999 de BYD no solo está cambiando las reglas del juego: está escribiendo un nuevo libro completo.
Y mientras las potencias tradicionales intentan reaccionar, China ya despega hacia el futuro.