En una semana que quedará marcada en los libros de historia financiera, Tesla —la emblemática empresa de vehículos eléctricos liderada por Elon Musk— ha alcanzado una astronómica valoración de 11 billones de dólares. Este hito, que muchos aplauden como un logro sin precedentes en la historia bursátil, ha provocado tanto euforia como pánico entre analistas y expertos económicos, quienes advierten que podríamos estar frente a la burbuja financiera más grande jamás vista.
Lo más sorprendente del caso es que esta vertiginosa subida de valor se produce en medio de una caída drástica en las ganancias trimestrales de la compañía, las cuales descendieron más del 42% respecto al año anterior. A pesar de las señales claras de debilitamiento financiero, los inversionistas siguen apostando a ciegas por la visión de Musk, a quien algunos ya llaman “el gran ilusionista financiero del siglo XXI”.
¿Una valoración inflada?
“Elon Musk ha creado un aura casi mística en torno a Tesla. Pero si uno analiza los fundamentos financieros, lo que vemos es una compañía con márgenes reducidos, menor demanda en mercados clave como China y Europa, y costos operativos en aumento. Y aun así, el mercado actúa como si estuviera comprando oro puro”, explica la economista Isabel Ramírez, profesora de la Universidad de Columbia.
Según datos de Bloomberg, Tesla actualmente vale más que Toyota, Volkswagen, GM, Ford y BMW juntos, a pesar de producir una fracción de los vehículos y registrar márgenes de ganancia en caída libre.
El “efecto Musk”
Los seguidores de Musk no lo ven como un simple CEO. Para muchos, es un visionario, un líder capaz de moldear el futuro. Esta devoción ha alimentado una especulación descontrolada en torno a cada palabra, tuit o aparición pública del empresario. Cuando Musk mencionó en una entrevista reciente que Tesla “reinventará el transporte en Marte”, las acciones subieron un 17% en una sola jornada, sin ningún anuncio concreto detrás.
“No estamos comprando una empresa. Estamos comprando una idea. Y eso es extremadamente peligroso en un mercado volátil como el actual”, advierte el inversor veterano Carlos Méndez, quien decidió liquidar sus participaciones en Tesla “antes de que reviente la burbuja”.
¿Un nuevo 2008?
La creciente discrepancia entre el valor bursátil de Tesla y su realidad financiera ha encendido alarmas en organismos reguladores. La Comisión de Bolsa y Valores de EE.UU. (SEC, por sus siglas en inglés) anunció que está monitoreando de cerca el comportamiento del mercado y ha instado a los inversionistas a actuar con cautela.
Algunos analistas ya comparan la situación actual con la burbuja de las punto com del año 2000 o incluso con la crisis hipotecaria de 2008. En ambos casos, las señales de advertencia estuvieron presentes, pero fueron ignoradas por la avaricia colectiva.
¿El fin o el comienzo?
Por ahora, Tesla sigue volando alto, impulsada por promesas futuristas y una narrativa bien construida. Sin embargo, muchos se preguntan cuánto tiempo podrá sostenerse esta ilusión antes de que la gravedad del mercado haga su trabajo.
“Los sueños son importantes”, dijo una vez Elon Musk. Pero incluso los sueños, cuando no están respaldados por realidades sólidas, pueden transformarse en pesadillas financieras.