El partido de segunda etapa entre el Inter de Milán y el Barcelona en la Liga de Campeones se está convirtiendo en el foco de atención no solo por la naturaleza importante sino también por la controversia a la altura. El entrenador del Inter de Milán, Simone Inzaghi, ha hecho una solicitud sorpresa al pedirle a FIFA que limite el número de fanáticos de Barcelona a Giuseppe Meazza. La razón por la que dio fue que el ruido era demasiado fuerte por los apasionados fanáticos del Barça podría afectar negativamente el rendimiento de los jugadores en el campo.

El ruido de las gradas, especialmente en los partidos máximos, se ha considerado durante mucho tiempo una parte integral del fútbol. Sin embargo, Inzaghi dijo que el entusiasmo excesivo de los fanáticos de Barcelona, con gritos continuos, vítores, puede ejercer una gran presión psicológica para los jugadores inter. Hizo hincapié en que en un partido decisivo, el enfoque de los jugadores es un factor clave, y el ruido excesivo puede interrumpir la capacidad de comunicarse entre ellos en el campo. “Respetamos la pasión de los fanáticos, pero es necesario tener un límite para garantizar la justicia para ambos equipos”, dijo Inzaghi.

La solicitud de Inzaghi inmediatamente causó controversia. Muchas personas piensan que este es un movimiento táctico para reducir el apoyo que Barcelona recibió de las gradas. Los fanáticos del Barça son famosos por su pasión, a menudo creando una atmósfera vibrante para ayudar a su equipo a jugar sublimado. Restringir el número de fanáticos puede debilitar el espíritu de los jugadores de Barcelona, especialmente en un partido fuera de casa.

Sin embargo, el problema de ruido no es nuevo en el fútbol. Muchos estudios muestran que el sonido de las gradas puede afectar la decisión del árbitro y dificultar que los jugadores escuchen señales de compañeros de equipo o entrenadores. En estadios grandes como Giuseppe Meazza, el ruido puede alcanzar más de 100 decibelios, equivalente al sonido de un concierto de rock. Esto no solo causa distracción, sino que también tiene el potencial de afectar la salud auditiva de los jugadores y la audiencia.
La FIFA no ha hecho comentarios oficiales sobre la solicitud de Inzaghi. Sin embargo, la aplicación del número de fanáticos será un precedente raro en la historia de la Liga de Campeones. En este contexto, ambos equipos se centran en prepararse para el partido, con el objetivo de aprovechar el campo local y Barcelona está decidido a demostrar su fuerza. Independientemente del resultado, esta controversia se mencionará como un destacado destacado de la temporada.