El ex campeón de peso pluma Max ‘Blessed’ Holloway regresará al octágono este fin de semana en el evento principal de UFC 308, seis meses después de su icónico nocaut en el último segundo a Justin Gaethje para reclamar el título BMF.

El final viral, que ‘Blessed’ anotó a los 4 minutos y 59 segundos del quinto asalto, ha quedado grabado en la mente de millones de fanáticos de UFC en todo el mundo, pero ¿qué pasaba por la mente de Max Holloway en esos momentos finales cruciales?

Antes de saltar a la locura que fue el nocaut en el último segundo de Holloway en UFC 300, un rápido recordatorio de que ‘Blessed’ entró en la pelea por el título BMF como el perdedor en las apuestas, habiendo peleado solo una vez antes en 155 libras; una derrota por decisión ante Dustin Poirier por el entonces título vacante.

A pesar de su condición de perdedor, Holloway demostró una vez más por qué se le considera uno de los mejores golpeadores de la UFC al golpear a Justin Gaethje en el transcurso de 24 minutos y 59 segundos, conectando 181 golpes significativos contra los 103 de The Highlight.

“Me sentí bien desde el primer round”, recordó Holloway en UFC 308: Countdown antes de su pelea por el título de peso pluma contra Ilia Topuria el 26 de octubre en Abu Dhabi.

“Recuerdo haber conectado esa patada giratoria hacia atrás al final del round, lo vi casi caerse de la jaula y pensé ‘Vaya, eso debe haber dolido’… En el segundo round, escuché a su entrenador gritar ‘No te reventes la nariz’ y pensé ‘Vaya, realmente tiene la nariz rota’.

“Sentí que tenía el control durante toda la pelea”, afirmó el veterano hawaiano, explicando cómo “sentí que todo lo que podía hacer estaba funcionando y se sintió increíble”. Y luego vino el golpe que detuvo el mundo.

A falta de 10 segundos para el final de una pelea que estaba ganando en dos de las tarjetas de los jueces (Junichiro Kamijo tenía el marcador 2-2 al comenzar el quinto), Holloway decidió apuntar al centro del octágono para un último tiroteo.

“Los últimos 10 segundos, llegó el final. Mucha gente dice: ‘¿Por qué harías eso contra uno de los luchadores de 155 libras más peligrosos que puede dejarte sin aliento, si estabas ganando cuatro rounds?’

“Porque Justin Gaethje es un tipo honesto. Y si los papeles se hubieran invertido, creo que me habría dado esa oportunidad. Me dio la oportunidad de pelear por el cinturón BMF y pensé que le daría la oportunidad, con la forma en que se estaba desarrollando la pelea, de retenerlo”.

La idea de que el punto icónico de Holloway fue simplemente darle a Gaethje una última oportunidad de retener su título BMF, es la razón exacta por la que ‘Blessed’ merece sostener esa correa plateada: “Fue todo un desafío y hacer eso contra él, el hombre del saco de 155, fue simplemente la guinda del pastel”.

En una entrevista separada con David Adesanya, hermano de la superestrella Israel Adesanya, Holloway revelaría cómo supo que su golpe final aterrizaría justo en el mentón expuesto de Gaethje.

“Solo quería acortar la distancia, si lo ves, fui cuerpo a cuerpo, puse mi cabeza justo en su pecho, justo debajo de su mentón y sabía que si ahí estaba mi cabeza, iba a llevar la mano derecha… Si aterriza, aterriza, y lo hizo, fue un gran momento”.

Un momento que vivirá por mucho tiempo en la memoria de aquellos que tuvimos la suerte de ver la pelea en vivo, y que el propio Holloway describió como una sensación similar a una experiencia extracorporal.