El Triángulo de las Bermudas es uno de los lugares más populares en las leyendas urbanas. Durante décadas, esta región del Atlántico Norte ha despertado temor y curiosidad por ser el supuesto lugar y origen de decenas de misteriosas desapariciones. Se dice que más de 50 barcos y 20 aviones han desaparecido en una zona que se extiende desde la costa de Florida hasta las Bermudas y las Antillas Mayores.
Naturalmente, existen muchas teorías conspirativas sobre las causas de estos trágicos e inexplicables casos, en las que se culpa a los extraterrestres e incluso a la Atlántida del fenómeno. Sin embargo, los expertos han elaborado teorías más creíbles y, en 2017, el científico australiano Karl Kruszelnicki afirmó haber “resuelto” este persistente misterio de una vez por todas. Descartó cualquier sugerencia de intervención sobrenatural y, en su lugar, culpó al error humano, al mal tiempo y al tráfico pesado.
“Está cerca del ecuador, cerca de una parte rica del mundo, las Américas, por lo que hay mucho transporte”, dijo a news.com.au.
De hecho, el Triángulo de las Bermudas (también conocido como el “Triángulo del Diablo”) es una de las rutas marítimas más transitadas del mundo, por la que pasan barcos que llegan a puertos de Estados Unidos, Europa y el Caribe Pacífico. Si bien la pérdida de un avión o un barco es una tragedia, en realidad, “la cantidad de aviones perdidos en el Triángulo del Diablo es la misma que en cualquier otro lugar del mundo, proporcionalmente unos 100”, dijo el Dr. Kruszelnicki, citando a la compañía de seguros Lloyds of London y a la Guardia Costera de Estados Unidos. En pocas palabras, viajar por esta zona notoria no es más peligroso que viajar a otros lugares transitados del mundo.
Sin embargo, los escépticos seguirán aferrándose a teorías más interesantes, incluida la de que las fuertes olas fueron las responsables de la desaparición.
Los científicos plantearon esta hipótesis en el documental de Channel 5 “The Bermuda Triangle Enigma”, afirmando que las condiciones en la zona son perfectamente adecuadas para “olas gigantes gigantes”. Según la Enciclopedia Británica, los informes de fenómenos inexplicables en el Triángulo del Diablo se remontan a mediados del siglo XIX, cuando se descubrieron varios barcos completamente abandonados sin razón aparente, mientras que otros no enviaron una señal de socorro y nunca más se los vio ni se supo de ellos.
Sin embargo, Kruszelnicki rechazó las sugerencias hechas en 1964 de que el incidente demostraba que el Triángulo de las Bermudas “es escenario de desapariciones que van mucho más allá del ámbito del azar”.
Señaló que el vuelo 19 despegó en malas condiciones meteorológicas, con olas de 15 metros de altura que se estrellaban debajo del avión. Kruszelnicki añadió que el único piloto verdaderamente experimentado en el vuelo era el comandante, el teniente Charles Taylor, y que un error humano podría haber jugado un papel en la tragedia.