Fue una noche que los fanáticos de la WWE nunca olvidarán. En una arena abrumada,Roman Reigns luchó contra una batalla sangrienta y emocional contra Seth Rollins, ocupando el título mundial en lo que seguirá siendo uno de los duelos más intensos del año.

Desde los primeros minutos, la tensión era palpable. Rollins, ágil y explosivo, abrió la pelota con una serie de ataques rápidos: Superkick, Sling Blade y un pisotón de acera que casi terminó el partido demasiado temprano. Pero romano, fiel a su apodoJefe tribal, concedido con resistencia sobrehumana.
La acción salió del ring, donde los dos guerreros intercambiaron golpes y provocaciones. Las cámaras han capturado la ira, y en varias ocasiones, el árbitro tuvo que intervenir para evitar que la lucha degenerara por completo.
El giro del partido llegó cuando Seth intentó una acera en la mesa de los comentaristas. Roman lo tiene con un golpe de Superman con un poder devastador, enviando a Rollins colapsados. Volviendo al ring, encadenado con Roman conDos lanzas consecutivas.
La cuenta tres resonó como un trueno: Roman Reigns, nuevamente campeón mundial. El público, compartido entre admiración y estupor, explotó.
Después del partido, novela, sudorosa y visiblemente movida, levantó su título sobre su cabeza. Los focos lo han vuelto, mientras que Paul Heyman, hilarante, gritó que “la era del jefe tribal es más fuerte que nunca”.
Seth Rollins permaneció en el suelo por unos momentos, arreglando el vacío, antes de dejar la arena lentamente bajo el respetuoso aplauso de los fanáticos. Esa noche, no hubo dos leyendas solo perdedores que lo dieron todo.