Un inicio que nadie esperaba

La temporada 2025 de la Fórmula 1 ha comenzado con más polémicas que podios. Y en el ojo del huracán está nada más y nada menos que el siete veces campeón mundial Lewis Hamilton, quien, tras un arranque de año complicado, ha sido señalado como víctima de decisiones internas del equipo Mercedes que, según fuentes cercanas, “lo utilizaron como conejillo de indias” para probar nuevas configuraciones arriesgadas.

La leyenda británica, conocido por su temple y profesionalismo, ha tenido un inicio de campeonato irregular, con resultados muy por debajo de lo esperado. En las primeras tres carreras, apenas ha sumado puntos, y ha quedado visiblemente frustrado en cada rueda de prensa.

¿Una estrategia encubierta?

Según insiders del paddock, la escudería Mercedes habría optado por usar el monoplaza de Hamilton como plataforma de experimentación. La intención habría sido recopilar datos y probar nuevos paquetes aerodinámicos y sistemas de suspensión para el auto de su compañero George Russell, quien ha tenido mejores resultados en estas primeras fechas.

Esta estrategia ha generado una ola de indignación entre los seguidores del piloto y ha encendido rumores de tensiones internas en el equipo. A pesar de su historial legendario, Hamilton parece haber sido relegado al rol de tester.

Un ingeniero anónimo citado por medios británicos habría declarado:

“Lewis no estaba de acuerdo con muchas de las modificaciones que se hicieron en su coche. Pero el equipo insistió. Querían arriesgarse con él primero.”

Hamilton no se queda callado

Aunque el piloto no ha confirmado estas acusaciones directamente, en una entrevista posterior al Gran Premio de Arabia Saudita, Hamilton dejó entrever cierto malestar:

“A veces siento que las decisiones se toman sin pensar en lo que realmente necesito para competir al más alto nivel. No estoy aquí para experimentar, estoy aquí para ganar.”

Sus palabras resonaron fuerte entre los fanáticos, muchos de los cuales han exigido en redes sociales que Mercedes le devuelva el protagonismo a quien es considerado uno de los más grandes de todos los tiempos.

Una rebelión silenciosa en marcha

Dentro del paddock se rumorea que la situación podría estar escalando. Algunos medios hablan de una posible “revuelta interna” dentro del equipo, liderada por el propio Hamilton, quien estaría presionando por una reestructuración técnica y mayor autonomía en las decisiones sobre su monoplaza.

Incluso se menciona que Hamilton podría considerar un cambio de escudería si las condiciones no mejoran, algo que sería histórico a tan solo un par de años de su retiro potencial. ¿Podría el astro británico terminar su carrera en Ferrari, Aston Martin o incluso Red Bull? Nada está descartado en este punto.

El silencio de Mercedes

La escudería Mercedes, por su parte, ha evitado pronunciarse de forma directa sobre las acusaciones. En un comunicado escueto tras la última carrera, afirmaron:

“Estamos trabajando intensamente para optimizar el rendimiento de ambos pilotos. Los ajustes técnicos son parte del desarrollo constante del monoplaza.”

Sin embargo, la falta de una defensa sólida a favor de Hamilton solo ha alimentado las sospechas.

La afición toma partido

En redes sociales, la etiqueta #JusticeForLewis se ha vuelto tendencia. Miles de aficionados en todo el mundo expresan su decepción por cómo se estaría tratando al múltiple campeón, y muchos critican la aparente preferencia por Russell, quien, a pesar de su talento, no tiene el mismo peso histórico que Hamilton.

¿Y ahora qué?

La próxima carrera será clave. Se espera que Hamilton reciba una versión actualizada del monoplaza, similar a la de su compañero, sin modificaciones experimentales. Todos los ojos estarán puestos en él para ver si, sin el peso de las pruebas, puede volver al podio.

Mientras tanto, la tensión sigue creciendo, y la F1 se prepara para una temporada cargada de drama, política y velocidad. Porque en este deporte, los campeones no solo se miden en la pista, sino también en la lucha fuera de ella.