El incidente de Roswell, ocurrido en 1947 en Nuevo México, es uno de los eventos más conocidos en la historia de los supuestos encuentros con extraterrestres, pero nuevas investigaciones han arrojado luz sobre un episodio aún más antiguo y menos conocido que podría haber ocurrido en la misma región durante la década de 1890. Estas “Revelaciones de Roswell” están redefiniendo lo que sabemos sobre los posibles contactos de la humanidad con seres de otros mundos, sugiriendo que el área pudo haber sido un punto caliente para la actividad extraterrestre mucho antes del famoso accidente de 1947.

Según documentos históricos recientemente desenterrados en archivos de Nuevo México, en 1897, un ranchero local llamado Johnathan Ellis informó haber presenciado un evento extraordinario en las afueras de Roswell. Ellis afirmó que una noche, mientras vigilaba su ganado, vio una luz brillante descender del cielo y estrellarse en un campo cercano. Al acercarse, encontró una nave metálica de forma ovalada, de unos 10 metros de largo, con un acabado plateado que reflejaba la luz de la luna. Dentro de la nave, según su testimonio, había tres seres pequeños, de aproximadamente un metro de altura, con piel grisácea, cabezas grandes y ojos oscuros. Los seres, que parecían estar heridos pero vivos, emitían sonidos que Ellis describió como “un zumbido suave, casi musical”.

El relato de Ellis, que fue registrado por un periódico local de la época pero descartado como una fantasía, ha resurgido gracias a los esfuerzos de historiadores y ufólogos que buscan conexiones entre los incidentes de Roswell de 1897 y 1947. Los documentos también revelan que Ellis y otros habitantes de la zona afirmaron haber visto luces extrañas en el cielo durante semanas después del incidente, y algunos incluso reportaron haber encontrado fragmentos de metal con propiedades inusuales, como ser extremadamente ligeros pero imposibles de doblar o romper. Estos fragmentos, que supuestamente fueron confiscados por las autoridades locales y enviados a Washington, nunca fueron devueltos ni analizados públicamente.

Los investigadores modernos, como el Dr. Miguel Estrada, un historiador especializado en fenómenos anómalos de la Universidad de Nuevo México, creen que el incidente de 1897 podría ser una pieza clave para entender la actividad extraterrestre en Roswell. “Lo que encontramos en los registros de la década de 1890 sugiere que Roswell ha sido un lugar de interés para seres de otros mundos durante mucho más tiempo del que pensábamos”, afirmó Estrada. “El testimonio de Ellis, aunque fue ignorado en su momento, coincide sorprendentemente con las descripciones de los eventos de 1947, incluyendo la apariencia de los seres y la tecnología de la nave”.

Sin embargo, no todos están convencidos. Algunos expertos, como la Dra. Ana López, arqueóloga de la Universidad Autónoma de México, argumentan que el relato de Ellis podría ser una exageración o una interpretación errónea de un fenómeno natural, como un meteorito. “En esa época, la imaginación de las personas estaba influenciada por las historias de ciencia ficción que comenzaban a popularizarse”, explicó López. “Es posible que Ellis haya visto algo inusual y lo haya interpretado como un encuentro extraterrestre”.

A pesar del escepticismo, las Revelaciones de Roswell de la década de 1890 han capturado la atención del público. En las redes sociales, hashtags como #Roswell1897 y #EncuentroExtraterrestre han generado un debate animado, con usuarios compartiendo teorías que van desde la idea de que Roswell ha sido un portal para visitantes alienígenas hasta especulaciones sobre un encubrimiento gubernamental que se remonta a más de un siglo. Algunos incluso han vinculado el incidente con otros avistamientos de la época, como el famoso “accidente de la nave aérea” de Aurora, Texas, en 1897.

Por ahora, las Revelaciones de Roswell siguen siendo un enigma que invita a la exploración. Aunque no hay pruebas físicas definitivas del encuentro de 1897, los documentos históricos y los testimonios de la época ofrecen una ventana fascinante a un posible contacto temprano con extraterrestres. Este capítulo olvidado de la historia de Roswell nos recuerda que el universo aún guarda secretos que podrían transformar nuestra comprensión de la humanidad y su lugar en el cosmos.