En un anuncio que ha sacudido tanto a la comunidad científica como al público en general, un grupo de investigadores ha afirmado haber descubierto evidencia de que alienígenas reptilianos hicieron contacto con la humanidad por primera vez hace 150 años, alrededor de 1875. Esta revelación, que desafía las nociones convencionales sobre la historia humana y nuestra relación con el cosmos, ha generado un intenso debate entre los que consideran que podría ser la prueba definitiva de vida extraterrestre y los escépticos que cuestionan la veracidad de estas afirmaciones.

El descubrimiento proviene de un equipo de arqueólogos e historiadores liderados por el Dr. Carlos Rivera, un experto en civilizaciones antiguas de la Universidad de Buenos Aires. Según Rivera, el equipo encontró una serie de documentos y artefactos en una cueva remota en las montañas de los Andes, en Perú, que datan de mediados del siglo XIX. Entre los hallazgos se encuentran grabados en piedra que representan figuras humanoides con características reptilianas—escamas, ojos alargados y extremidades con garras—junto con lo que parece ser una nave espacial estilizada. Además, se descubrieron diarios escritos por un misionero español de la época, quien describió un encuentro con “seres de piel escamosa que vinieron de las estrellas” y que, según él, intentaron comunicarse con los habitantes locales.
El misionero, identificado como el padre Miguel Salazar, escribió que estos seres reptilianos eran pacíficos y parecían estar recopilando información sobre la Tierra. Según sus notas, los alienígenas usaban un dispositivo que emitía luces y sonidos para comunicarse, y dejaron atrás pequeños objetos metálicos con grabados que Salazar describió como “mapas de las estrellas”. Rivera y su equipo afirman que uno de estos objetos, un disco de metal con símbolos desconocidos, fue analizado y contiene elementos químicos no encontrados de forma natural en la Tierra, lo que sugiere un origen extraterrestre.

La teoría de los alienígenas reptilianos no es nueva; ha sido un tema recurrente en la cultura popular y en las teorías de conspiración, que a menudo los describen como seres que controlan el mundo desde las sombras. Sin embargo, esta es la primera vez que se presenta evidencia arqueológica que podría respaldar su existencia y su interacción con humanos hace 150 años. Rivera sostiene que este contacto inicial podría haber influido en ciertas culturas andinas, señalando que algunas leyendas locales sobre “dioses serpiente” podrían estar basadas en estos encuentros.
A pesar del entusiasmo de Rivera y su equipo, la comunidad científica ha recibido la noticia con escepticismo. La Dra. Elena Gómez, una astrobióloga de la Universidad Complutense de Madrid, argumentó que los grabados y artefactos podrían ser interpretaciones erróneas o incluso falsificaciones. “Necesitamos pruebas más sólidas, como análisis de ADN o tecnología verificable, antes de aceptar que alienígenas reptilianos visitaron la Tierra”, dijo Gómez. Otros expertos sugieren que los “seres reptilianos” podrían ser una representación simbólica de deidades o espíritus en la cosmovisión indígena, en lugar de visitantes extraterrestres reales.
El público, sin embargo, ha abrazado la noticia con fascinación. En las redes sociales, hashtags como #Reptilianos1875 y #PrimerContacto han generado millones de publicaciones, con usuarios especulando sobre cómo este supuesto contacto podría haber influido en la historia moderna. Algunos incluso han vinculado la revelación con teorías de conspiración más amplias, sugiriendo que los gobiernos han ocultado la verdad sobre los reptilianos durante más de un siglo.
Por ahora, el equipo de Rivera planea continuar sus investigaciones, con la esperanza de encontrar más evidencia que confirme su teoría. Mientras tanto, esta revolucionaria revelación ha abierto un nuevo capítulo en la búsqueda de vida extraterrestre, desafiando a la humanidad a reconsiderar su pasado y su lugar en el universo. ¿Es posible que los alienígenas reptilianos hayan contactado a nuestros antepasados hace 150 años? La respuesta, aunque incierta, promete seguir capturando la imaginación del mundo entero.