Una asombrosa afirmación ha emergido de un grupo de investigadores que asegura haber descubierto evidencia de que alienígenas reptilianos establecieron contacto con la humanidad por primera vez hace 150 años, alrededor de 1875. Este hallazgo, que desafía las nociones tradicionales sobre la historia humana y nuestro lugar en el universo, ha desatado un intenso debate entre los entusiastas de los ovnis y los científicos escépticos, mientras el mundo intenta comprender las implicaciones de un supuesto encuentro que podría haber cambiado el curso de nuestra historia.

El descubrimiento fue anunciado por el Dr. Javier Morales, un historiador y arqueólogo de la Universidad Nacional Autónoma de México, quien lideró un equipo que investigaba registros históricos y artefactos en una región remota de los Andes, en Bolivia. Según Morales, el equipo encontró una serie de documentos y grabados que datan de 1875, los cuales describen un encuentro entre indígenas locales y seres descritos como “criaturas altas con piel escamosa y ojos brillantes”. Los grabados, tallados en piedra, muestran figuras humanoides con rasgos reptilianos—escamas, colas y extremidades con garras—junto a lo que parece ser una nave circular con luces brillantes.

Los documentos incluyen el testimonio de un comerciante boliviano de la época, quien afirmó haber presenciado el encuentro. Según su relato, los seres reptilianos descendieron de una “nave que flotaba sin alas” y se comunicaron con los indígenas mediante gestos y sonidos extraños. El comerciante escribió que los alienígenas parecían estar estudiando el entorno, recolectando plantas y rocas antes de partir tan rápido como llegaron. Morales también señaló el hallazgo de un pequeño objeto metálico con grabados desconocidos, que, tras ser analizado, mostró trazas de elementos químicos no encontrados naturalmente en la Tierra, lo que sugiere un origen extraterrestre.

La idea de alienígenas reptilianos no es nueva; ha sido un tema popular en teorías de conspiración que los describen como una raza secreta que influye en los asuntos humanos. Sin embargo, esta es la primera vez que se presenta evidencia arqueológica que podría respaldar un contacto directo hace 150 años. Morales sugiere que este encuentro pudo haber inspirado mitologías locales, como las leyendas de “dioses serpiente” que son comunes en las culturas andinas, y que los reptilianos podrían haber estado explorando la Tierra como parte de una misión científica.

A pesar de la emoción que ha generado el hallazgo, los expertos permanecen divididos. La Dra. Sofia Hernández, astrobióloga de la Universidad de Barcelona, expresó su escepticismo: “Aunque los artefactos son intrigantes, necesitamos pruebas más sólidas, como ADN o tecnología verificable, para confirmar la presencia de alienígenas reptilianos”. Hernández sugirió que los grabados podrían ser representaciones simbólicas de espíritus o deidades, y que el objeto metálico podría ser un artefacto mal identificado. Otros críticos han cuestionado la autenticidad de los documentos, argumentando que podrían ser una invención moderna.

El público, sin embargo, ha reaccionado con fascinación. En las redes sociales, hashtags como #Reptilianos150Años y #PrimerContacto han acumulado millones de publicaciones, con usuarios especulando sobre cómo este supuesto contacto pudo haber influido en el desarrollo humano. Algunos han vinculado el descubrimiento con teorías de conspiración más amplias, sugiriendo que los gobiernos han ocultado la existencia de los reptilianos durante generaciones.

Por ahora, el equipo de Morales planea continuar sus investigaciones, con la esperanza de encontrar más evidencia que corrobore su teoría. Mientras tanto, esta impactante revelación ha reavivado el interés global en la posibilidad de vida extraterrestre, desafiando a la humanidad a reconsiderar su pasado y las conexiones que podría haber tenido con seres de otros mundos. ¿Es posible que alienígenas reptilianos hayan contactado a nuestros antepasados hace 150 años? La respuesta sigue siendo esquiva, pero la pregunta promete seguir generando controversia y asombro en los años venideros.