El reciente traspaso de Marcus Rashford al Barcelona ha desatado un torbellino de emociones entre los aficionados al fútbol. El delantero inglés, conocido por su velocidad y capacidad goleadora, ha llegado al club catalán en calidad de cedido para la temporada 2025-26, aceptando una reducción salarial significativa. A pesar de esta rebaja, que oscila entre el 15% y el 30% de su sueldo anterior de £325,000 por semana en el Manchester United, Rashford seguirá siendo uno de los jugadores mejor pagados del equipo, superando a figuras clave como Pedri y Raphinha. Este hecho ha generado un intenso debate sobre la equidad salarial y las prioridades financieras del Barcelona, especialmente considerando las restricciones económicas impuestas por La Liga.

Rashford, cuya transferencia se ha descrito como un movimiento estratégico para revitalizar su carrera, percibirá entre €10 y €14 millones brutos por temporada, lo que equivale a aproximadamente £166,000-£227,500 por semana. En comparación, Pedri gana alrededor de €12.5 millones anuales, mientras que Raphinha ronda los €14.6 millones. Que un jugador cedido supere los ingresos de estos pilares del equipo ha sorprendido a muchos. Sin embargo, la disposición de Rashford a aceptar una reducción demuestra su compromiso con el proyecto de un club que siempre ha considerado su “sueño”. Su llegada promete añadir potencia ofensiva al ataque del Barcelona, complementando a jugadores como Robert Lewandowski y el joven talento Lamine Yamal.

Por otro lado, la controversia no se limita al ámbito financiero. En las redes sociales, especialmente en X, los aficionados han expresado opiniones divididas. Algunos celebran la llegada de Rashford como un golpe maestro del Barcelona para reforzar su plantilla sin un desembolso permanente, mientras que otros cuestionan si su salario es justo en comparación con las contribuciones de Pedri, un mediocampista de élite, y Raphinha, quien ha demostrado consistencia en el ataque. Esta situación también ha reavivado discusiones sobre la gestión económica del club, que ha luchado por cumplir con las normativas financieras mientras busca competir al más alto nivel en Europa.
Más allá de los números, el impacto de Rashford en el terreno de juego será crucial. Su capacidad para desbordar defensas y su experiencia en competiciones de élite podrían ser un activo valioso en la lucha del Barcelona por títulos. Sin embargo, la presión estará sobre él para justificar su elevado salario y demostrar que puede adaptarse al estilo de juego del equipo. Mientras tanto, la polémica en torno a su sueldo seguirá alimentando debates, tanto dentro como fuera del campo, en un club donde la pasión y las expectativas siempre están al rojo vivo. La temporada 2025-26 promete ser un capítulo fascinante en la historia del Barcelona, con Rashford en el centro de la narrativa.