¿Qué está pasando en el interior de Ducati que lleva a Marc Márquez a expresar su frustración? “¡Están intentando engañarme a propósito!” 👇👇
Los recientes acontecimientos en el mundo del MotoGP han desatado una intensa especulación, especialmente en torno a la dinámica interna de Ducati, uno de los equipos más dominantes del deporte. El fabricante italiano ha estado a la vanguardia del campeonato, con sus motos de vanguardia y una plantilla de pilotos de primer nivel. Sin embargo, se está gestando una tormenta dentro del equipo, y el ocho veces campeón del mundo Marc Márquez se ha visto en el centro de la misma. Su explosiva afirmación de que Ducati lo está “saboteando deliberadamente” ha conmocionado al paddock, planteando preguntas sobre lo que realmente sucede tras bastidores.
Márquez, quien se unió al equipo satélite Gresini Racing con una Ducati para la temporada 2024, ha sido toda una revelación. A pesar de pilotar una GP23 de un año, ha luchado constantemente por el podio e incluso por la victoria, demostrando su agresividad y habilidad características. Su adaptación a la Ducati, una moto conocida por su potencia y precisión, ha sido notable, especialmente después de años de dificultades con una Honda poco competitiva. Sin embargo, a pesar de sus actuaciones estelares, la tensión parece estar latente, y el reciente arrebato de Márquez sugiere que no todo marcha bien en el equipo Ducati.

La raíz de la frustración de Márquez parece residir en la política interna de Ducati y la asignación de recursos. Como piloto satélite, Márquez no tiene acceso a la GP24 de última generación, reservada para pilotos de fábrica como Francesco “Pecco” Bagnaia y otros selectos, como Jorge Martín de Pramac Racing. Si bien Márquez ha sacado el máximo provecho de la GP23, se rumorea que el enfoque de desarrollo de Ducati está muy sesgado hacia el equipo de fábrica y sus pilotos seleccionados. Esto ha generado especulaciones sobre que Márquez, a pesar de ser una de las mayores estrellas de MotoGP, está siendo marginado en favor de pilotos que encajan en los planes a largo plazo de Ducati.
Para echar más leña al fuego, está la rivalidad constante entre Márquez y Bagnaia, el vigente campeón de Ducati. Bagnaia, quien ha sido la punta de lanza de la lucha por el título de Ducati, lidera, según se informa, el desarrollo de la GP24.5, una versión mejorada de la moto. Algunas fuentes sugieren que Márquez cree que se están ignorando sus aportaciones, y que se están adaptando actualizaciones cruciales para mejorar el rendimiento de la moto al estilo de pilotaje de Bagnaia. Supuestamente, esto ha dejado a Márquez sintiéndose en desventaja, ya que lidia con ciertas debilidades en la GP23 que podrían haberse solucionado con un desarrollo más inclusivo.
Los comentarios de Márquez sobre sentirse “saboteado” también apuntan a un problema más amplio: la intensa competencia por un puesto en la fábrica en 2025. Con solo dos plazas disponibles en el equipo oficial de Ducati, la batalla es feroz. Jorge Martín, quien ha expresado abiertamente su insatisfacción con la toma de decisiones de Ducati, es otro contendiente, y sus quejas sobre la transparencia reflejan los sentimientos de Márquez. Publicaciones en X han insinuado la frustración de Martín, sugiriendo que el favoritismo de Ducati hacia ciertos pilotos está creando un ambiente tóxico. Una publicación incluso especuló que Martín cree que Ducati está priorizando a Márquez, mientras que Márquez opina lo contrario, lo que pone de relieve la compleja red de rivalidades y desconfianza dentro del equipo.
La situación se complica aún más por las decisiones estratégicas de Ducati. La directiva del equipo, liderada por Gigi Dall’Igna, tiene fama de tomar decisiones difíciles para mantener el dominio de Ducati. Sin embargo, equilibrar las ambiciones de múltiples pilotos de calibre campeonato está resultando un reto. Márquez, con su enorme número de seguidores en todo el mundo y su historial probado, es un activo valioso, pero su presencia también altera la jerarquía establecida. Algunos expertos creen que Ducati se muestra reticente a otorgarle demasiada influencia a Márquez, por temor a que pueda eclipsar a Bagnaia o desestabilizar la estructura cuidadosamente diseñada del equipo.
En la pista, Márquez se ha mantenido profesional, dejando que sus resultados hablen por sí solos. Su capacidad para competir en cabeza con una moto más antigua no ha hecho más que acrecentar sus denuncias de trato injusto. Tanto aficionados como analistas están divididos: algunos argumentan que Márquez simplemente está jugando con su mente para presionar a Ducati y conseguir un puesto en la marca, mientras que otros creen que sus quejas son genuinas. El paddock está repleto de teorías, y plataformas de redes sociales como X están inundadas de debates sobre si Ducati realmente tiene favoritismos o si los comentarios de Márquez son una estrategia para ganar ventaja.
Con la temporada 2025 a la vuelta de la esquina, la situación en Ducati sigue siendo precaria. El contrato de Márquez con Gresini está a punto de expirar y su futuro con el fabricante es incierto. ¿Le ofrecerá Ducati un puesto en la fábrica o buscará otro equipo, posiblemente llevando su talento y su afición a un equipo rival? Por ahora, el drama continúa, y la acusación de sabotaje de Márquez no ha hecho más que avivar la atención sobre el funcionamiento interno de Ducati. Una cosa está clara: el camino hacia el campeonato es tanto político como de velocidad, y Márquez no es de los que se echan atrás en una pelea, ni dentro ni fuera de la pista.