Primer plano de Kylie Jenner y su amante, Timothée Chalamet, viendo menos fútbol pero más intimidad. Inmersos en el amor, ¿obligando a los fanáticos a sospechar que son solo un “truco” para llamar la atención?
La pasión por el fútbol pasó a segundo plano cuando Kylie Jenner y Timothée Chalamet fueron captados en pleno partido, aunque más atentos el uno al otro que al balón. Las cámaras no tardaron en enfocar a la mediática pareja, cuyas muestras públicas de afecto —caricias, miradas intensas y sonrisas cómplices— no dejaron a nadie indiferente. Pero mientras algunos celebran el romance como una historia de amor hollywoodense moderna, otros se preguntan si estamos ante una estrategia publicitaria cuidadosamente orquestada.
Desde que su relación salió a la luz, Jenner y Chalamet han acaparado titulares en todo el mundo. Él, conocido por su perfil artístico y reservado; ella, la reina indiscutible del marketing digital. La combinación, para muchos, parece demasiado perfecta como para ser espontánea. Y la última aparición de ambos, donde parecían más centrados en besarse que en ver el partido, ha vuelto a alimentar las teorías de que su relación podría no ser tan genuina como aparenta.
En redes sociales, los usuarios se dividen. Algunos aseguran que “el amor se nota” y que no hay necesidad de ocultarlo. Pero otros insisten en que se trata de un montaje mediático. “Cada vez que salen juntos en público, hay cámaras justo donde deben estar. Demasiada coincidencia”, comentó un fan escéptico en X (antes Twitter). La puesta en escena, el vestuario perfectamente combinado y la actitud de “pareja soñada” parecen diseñadas para romper internet.
La pregunta que ronda es clara: ¿es amor real o una colaboración estratégica entre dos íconos de distintas esferas del entretenimiento? No sería la primera vez que celebridades utilizan su vida personal como plataforma de marketing. Y con Kylie lanzando nuevos productos y Timothée promocionando próximos estrenos, muchos creen que este “romance” es el escaparate ideal para ambos.
Lo cierto es que, intencionado o no, el vínculo entre ellos ha capturado la atención global. Los fanáticos —y detractores— analizan cada gesto, cada mirada, en busca de pistas sobre la autenticidad de la relación. Y mientras tanto, la pareja parece disfrutar del protagonismo sin preocuparse demasiado por las críticas.
Hasta que se demuestre lo contrario, el amor o el truco continúa. Y en este juego, más allá del marcador del partido, quienes realmente ganan son ellos.
