En marzo de 2025, la próxima serie de televisión de Harry Potter de HBO fue noticia cuando el actor nominado al Emmy, Paapa Essiedu, fue elegido para interpretar a Severus Snape, uno de los personajes más icónicos de la franquicia. El anuncio, reportado primero por Deadline, provocó una reacción inmediata de un segmento vocal de fans, con algunos acusando la decisión de ser “woke” o impulsada por agendas de diversidad, equidad e inclusión (DEI). Las críticas escalaron en un torrente de abuso racista, mensajes de odio y amenazas dirigidas a Essiedu, lo que llevó al actor británico-ghanés a emitir una sentida súplica en redes sociales: “¡Por favor, detengan esto y déjenme en paz!”. A partir del 25 de abril de 2025, la controversia en torno al casting de Essiedu continúa exponiendo profundas divisiones dentro del fandom de Harry Potter y plantea preguntas sobre la representación, el derecho de los fans y el impacto del escrutinio público en los actores.
Essiedu, conocido por sus papeles en The Outrun y I May Destroy You , fue seleccionado por su habilidad matizada para retratar personajes complejos, una cualidad considerada esencial para Snape, el maestro de pociones moralmente ambiguo. La serie de HBO, que se estrenará en 2027, tiene como objetivo adaptar los siete libros de J.K. Rowling con un elenco nuevo y un compromiso con el casting inclusivo, como lo demuestran las audiciones abiertas para niños de diversos orígenes. Si bien muchos fanáticos celebraron la elección de Essiedu como un paso audaz hacia la representación, otros recurrieron a plataformas como X para expresar su indignación, con publicaciones que afirmaban que la decisión ignoró las descripciones de Snape en los libros como pálido y demacrado. Algunos, como el usuario @abbythelibb_, lo llamaron “una flagrante tontería DEI”, mientras que otros sugirieron que actores como Adam Driver eran más adecuados. Estas críticas a menudo derivaron en ataques raciales, y Essiedu recibió mensajes mordaces que lo dejaron visiblemente conmocionado.

En su emotiva declaración, Essiedu expresó su devastación por el acoso, enfatizando que simplemente era un actor contratado para hacer un trabajo. “No elegí este papel para molestar a nadie. Estoy aquí para dar vida a un personaje, no para ser su saco de boxeo”, escribió. Sus seguidores lo apoyaron, con cuentas como @TheDailyHPotter y @EiProfeta condenando el racismo y defendiendo el derecho de Essiedu a actuar sin miedo. “Paapa Essiedu no es culpable de haber sido elegido para el papel”, decía una publicación, instando a los fans a dirigir sus frustraciones hacia Warner Brothers o HBO. La efusión de apoyo puso de relieve la creciente opinión de que el comportamiento tóxico del fandom debe abordarse, especialmente cuando se dirige a los actores por su raza.

La controversia se enmarca en el contexto de la propia presencia polarizante de J.K. Rowling. Si bien Rowling sigue siendo productora ejecutiva, su participación ha sido objeto de escrutinio debido a sus controvertidas opiniones sobre temas transgénero, que ya han tensado su relación con los fans y ex estrellas de Harry Potter como Daniel Radcliffe. Rumores sin verificar, alimentados por publicaciones en X y sitios como FandomWire, sugieren que Rowling ha chocado con Warner Brothers por el casting, prefiriendo un enfoque “tradicional” que se alinea con la ambientación británica de sus libros. Aunque no hay evidencia que confirme su oposición al casting de Essiedu, la especulación ha intensificado el escrutinio sobre la producción, y algunos fans culpan erróneamente a Essiedu de decisiones creativas más generales.

Warner Brothers y HBO aún no han emitido un comunicado formal sobre el acoso, aunque fuentes internas informan que el estudio mantiene su postura respecto a las decisiones de casting. La serie, filmada en Warner Bros. Studios Leavesden, también ha elegido a John Lithgow como Albus Dumbledore, lo que indica un reparto diverso. Los analistas de la industria señalan que un casting inclusivo refleja la demanda de la audiencia; los datos de 2024 muestran que el 60 % de los espectadores estadounidenses favorecen una representación diversa en los medios. Sin embargo, la reacción negativa contra Essiedu subraya los desafíos de adaptar una franquicia querida en una era de discurso polarizado. Las publicaciones en X revelan una división: mientras algunos fans argumentan que la etnia de Snape es irrelevante para su personaje, otros insisten en la fidelidad a las descripciones de los libros, ignorando que adaptaciones como Cursed Child lograron diversificar los roles sin alterar su esencia.

La terrible experiencia de Essiedu pone de relieve un problema más amplio en la cultura del fandom: la instrumentalización de la pasión contra las personas. A medida que la saga de Harry Potter avanza, la industria debe lidiar con la protección de su talento del abuso, a la vez que gestiona las expectativas de los fans. Para Essiedu, el enfoque sigue siendo ofrecer una actuación que honre la complejidad de Snape. Su súplica por la paz sirve como un duro recordatorio de que detrás de cada decisión de casting hay un ser humano, indigno de odio simplemente por hacer su trabajo.