La expectación era máxima. El estadio vibraba con una energía palpable mientras los fanáticos se congregaban para presenciar lo que muchos ya denominaban la primera “gran batalla” de la temporada entre dos de las figuras más mediáticas del baloncesto universitario femenino: Paige Bueckers y Angel Reese. Sin embargo, antes de que sonara la primera bocina, fue Reese quien logró captar toda la atención —y no precisamente por su juego, sino por su elección de vestuario que dejó a todos boquiabiertos.

Angel Reese, conocida no solo por su dominio en la cancha sino también por su fuerte presencia en redes sociales y su sentido de la moda, llegó al estadio luciendo un atuendo que desató una ola de comentarios y suspiros entre los presentes. Con un conjunto de dos piezas en tono metálico, perfectamente ajustado a su figura, y complementado con unos tacones de vértigo, Reese hizo su entrada como una auténtica estrella de alfombra roja. Pero el detalle que realmente encendió la conversación fue la chaqueta de cuero personalizada que llevaba, adornada con brillantes y con un enorme bordado en la espalda que decía: “I’m That Girl”.

Las cámaras no tardaron en captar cada ángulo de su llegada, y en cuestión de minutos, las imágenes de Reese inundaron las redes sociales. TikTok, Instagram y X (anteriormente Twitter) se llenaron de clips y fotos bajo hashtags como #AngelReeseLook y #BattleOfQueens. Los fanáticos no paraban de comentar: algunos elogiaban su audacia y carisma, mientras que otros debatían si tal despliegue de glamour era adecuado antes de un enfrentamiento deportivo tan crucial.

Dentro del estadio, los murmullos no cesaban. Incluso algunos comentaristas deportivos no pudieron evitar hacer referencia al look de Reese durante la transmisión previa al partido. “Angel Reese entiende perfectamente el espectáculo. Sabe que el baloncesto de hoy también se juega fuera de la cancha”, comentó un conocido analista.

Este movimiento estratégico por parte de Reese no es casualidad. En múltiples entrevistas, ha dejado claro que ve el baloncesto como una plataforma no solo para mostrar su talento deportivo, sino también su personalidad y estilo. “Quiero que las jóvenes vean que pueden ser fuertes, femeninas y seguras de sí mismas, todo al mismo tiempo”, dijo recientemente en una entrevista para una revista de moda.
Por supuesto, la gran pregunta era cómo impactaría este despliegue mediático en su rendimiento durante el juego. Y la respuesta fue contundente. Una vez comenzó el partido, Reese dejó claro que estaba más que preparada. Con una actuación dominante en ambos lados de la cancha, demostró que su confianza iba mucho más allá del vestuario. Cada rebote, cada canasta, cada defensa sólida reforzaba su imagen de jugadora total.
El esperado duelo con Paige Bueckers no decepcionó. Ambas estrellas ofrecieron un espectáculo de alto nivel, pero sin duda, el nombre de Reese resonó con fuerza tanto dentro como fuera del rectángulo de juego. Al final del encuentro, mientras los focos seguían apuntando hacia ella, Angel Reese se marchó del estadio con la misma seguridad con la que había llegado, dejando a los fanáticos hablando —y seguramente comentando— durante muchos días más.
Porque en el baloncesto actual, la narrativa va más allá de los puntos y las estadísticas. Y Angel Reese lo sabe mejor que nadie.