La Fórmula 1 arde con un nuevo escándalo en Alpine que ha dejado al paddock en shock. Franco Colapinto, el talentoso piloto argentino de 21 años, se encuentra en el centro de una tormenta desatada por decisiones internas y la furia de Flavio Briatore, asesor ejecutivo del equipo francés. Lo que parecía un plan claro para integrar al joven sudamericano como titular se ha topado con un muro, y las consecuencias están sacudiendo el mundo del automovilismo.

Colapinto, quien maravilló en 2024 con Williams al sumar puntos en Azerbaiyán y Austin, fue fichado por Alpine como piloto reserva con la promesa implícita de una oportunidad mayor. Briatore, fascinado por su velocidad y carisma, lo comparó con leyendas como Schumacher y Alonso, apostando fuerte por su potencial. Sin embargo, la continuidad de Jack Doohan como titular, respaldado por el director del equipo Oliver Oakes, ha frenado los planes. Doohan, con un contrato que algunos rumores limitan a cinco carreras, no ha cumplido las expectativas, pero Oakes insiste en darle tiempo, generando una tensión palpable con Briatore.

El conflicto explotó tras el Gran Premio de Bahréin, donde Pierre Gasly sumó puntos, pero Doohan decepcionó nuevamente. Briatore, conocido por su estilo implacable, no ocultó su frustración. En una entrevista con ESPN, ironizó sobre el rol de Colapinto en el simulador: “Le pagamos, algo tiene que hacer”. Sus palabras, cargadas de sarcasmo, reflejan su impaciencia por ver al argentino en pista. Mientras tanto, Oakes defiende a Doohan y al piloto reserva Paul Aron, a quien conoce de su etapa en Hitech, avivando una lucha de poder que amenaza la estabilidad de Alpine.

Los rumores apuntan a que Colapinto podría debutar en Miami o Imola, pero cada carrera sin resultados de Doohan aumenta la presión. Briatore, que transformó a Alpine del noveno al sexto puesto en 2024, no está dispuesto a tolerar mediocridad. “Si un piloto no da resultados, lo cambio. En la F1 no hay lugar para sentimientos”, declaró a Auto-Hebdo, dejando claro que el futuro de Doohan pende de un hilo. El italiano, además, ve en Colapinto un imán para patrocinadores y una conexión con el apasionado público argentino, un activo que Alpine no puede ignorar.

La afición, especialmente en Sudamérica, está al borde de sus asientos, esperando que Colapinto rompa las barreras impuestas por esta interna. Cada Gran Premio es ahora una prueba de fuego para Doohan, mientras Briatore aguarda, con el número de Colapinto en su agenda, listo para mover sus piezas. La Fórmula 1, fiel a su naturaleza, promete más giros inesperados en esta batalla por la gloria.