El mundo de la Fórmula 1 quedó atónito este fin de semana después de que la FIA ofreciera una sorprendente y confusa explicación sobre lo que consideró una “infracción” cometida por Max Verstappen durante el Gran Premio de Miami. Lo que al principio pareció una advertencia menor se ha convertido en una de las polémicas más discutidas del paddock, debido principalmente a lo que muchos han calificado como una razón “insólita” y poco clara por parte del organismo rector del deporte.

Todo comenzó en las últimas vueltas de la carrera Sprint del sábado, cuando a Verstappen se le mostró la bandera blanca y negra—una advertencia oficial por comportamiento antideportivo—tras una intensa lucha con Charles Leclerc, de Ferrari. Ni los comentaristas ni los aficionados entendieron de inmediato cuál había sido la acción sancionable, ya que no hubo repeticiones ni aclaraciones inmediatas.
Horas después, la FIA publicó un breve comunicado citando el Artículo 27.4 del Reglamento Deportivo, que se refiere a la obligación de los pilotos de no realizar maniobras erráticas o peligrosas al defender una posición. Lo que sorprendió a muchos fue la explicación adicional, en la que se afirmaba que Verstappen había “permanecido demasiado tiempo en el centro de la pista en una zona donde no se intentaba un adelantamiento directo.”
Esta justificación fue ampliamente criticada por ser vaga y contradictoria, especialmente en un deporte como la F1, donde la defensa agresiva y la estrategia en pista son parte esencial del espectáculo. El propio Verstappen reaccionó con incredulidad al escuchar la explicación.
“Sinceramente, no sé a qué se refieren,” dijo Verstappen. “Si ya no podemos defendernos ni conducir de forma táctica, ¿entonces para qué estamos aquí? Me mantuve dentro de los límites y no empujé a nadie fuera de pista. Parece que están inventando razones.”
El bicampeón del mundo también señaló que existe una creciente inconsistencia en las decisiones de los comisarios de la FIA.
“A veces te sancionan, a veces no, y nadie entiende por qué. Si eso fue una infracción, entonces la mitad de los pilotos deberían haber sido advertidos hoy.”
Varios expilotos y analistas respaldaron la postura de Verstappen. El comentarista de Sky Sports y ex piloto Martin Brundle comentó:
“Es una de las decisiones más extrañas que he visto. Max no hizo zigzags, no frenó de forma peligrosa ni obligó a nadie a salirse. Si eso merece advertencia, estamos entrando en un territorio peligroso donde penalizan el simple hecho de competir.”
En redes sociales, los aficionados no tardaron en reaccionar con memes y críticas. Muchos calificaron la decisión como “una tontería de la FIA” y acusaron al organismo de “sobrecontrolar las carreras”. El hashtag #LetThemRace (Déjenlos correr) se volvió tendencia, reflejando la frustración por el nivel de escrutinio actual.
En un intento de aclarar la decisión, un portavoz de la FIA declaró:
“La advertencia no fue por una acción específica, sino por un patrón de comportamiento que, de continuar, podría haber resultado en una sanción. Es una medida preventiva más que punitiva.”
Pero esa aclaración solo generó más dudas. Críticos se preguntaron cómo puede evaluarse un “patrón” durante una carrera en tiempo real y qué criterios objetivos se están utilizando. Según informes, Red Bull ha solicitado una aclaración privada para evitar que esta decisión siente un precedente que limite las maniobras defensivas legítimas.
A medida que la temporada avanza, muchos piden a la FIA mayor transparencia y coherencia en sus decisiones, especialmente ahora que la lucha por la punta está más ajustada que nunca. Este incidente ha reavivado el debate sobre si el organismo está permitiendo que los pilotos compitan libremente sin temor a sanciones innecesarias.
Con el próximo Gran Premio a la vuelta de la esquina, todas las miradas estarán puestas en la FIA y su capacidad de recuperar la confianza del público y los equipos.