¡Nivel de mierda insano! Cuando el hombre cinco veces más fuerte DESTRUYÓ a sus oponentes – Mariusz Pudzianowski

Mariusz Pudzianowski, apodado “Pudzian” y “Dominator”, es una leyenda viva del deporte de fuerza y las artes marciales mixtas (MMA). Con cinco títulos de Hombre Más Fuerte del Mundo entre 2002 y 2008, este coloso polaco de 1,85 metros y más de 120 kilos ha dejado una huella imborrable en la historia del atletismo de fuerza. Sin embargo, su transición a las MMA en 2009 reveló una faceta aún más temida: su capacidad para aniquilar oponentes con una combinación de fuerza bruta, determinación y puños devastadores. Desde su debut en la promoción polaca KSW, Pudzianowski ha protagonizado momentos que los fanáticos describen como “nivel de mierda insano”, demostrando que su fuerza trasciende el levantamiento de pesas para convertirse en una máquina de destrucción en la jaula.
Uno de los combates más recordados ocurrió en KSW 14 en 2010, cuando Pudzianowski enfrentó a Eric “Butterbean” Esch, una figura icónica del boxeo y las MMA conocida por su físico imponente. A pesar de la experiencia de Butterbean, Pudzianowski lo derribó en el primer asalto, finalizando la pelea con un nocaut técnico en menos de dos minutos. La imagen de Butterbean desplomado en la lona se convirtió en un símbolo del poder crudo de Pudzianowski, quien, a pesar de su limitada experiencia en MMA, demostró que su fuerza era suficiente para superar a veteranos. Este combate marcó el inicio de una carrera en la que Pudzianowski acumularía 17 victorias, 12 por nocaut, hasta abril de 2025.
Otro momento épico tuvo lugar en KSW 70 en mayo de 2022, cuando Pudzianowski se enfrentó a Michal Materla, un ex campeón de peso medio de KSW. Materla, más ligero con 100 kilos, intentó resistir, pero la fuerza abrumadora de Pudzianowski fue implacable. En menos de dos minutos, un gancho de derecha dejó a Materla inconsciente, requiriendo atención médica inmediata. Este nocaut, descrito por los medios como “devastador”, consolidó la racha de cinco victorias consecutivas de Pudzianowski, todas por finalización. Los fanáticos en el Atlas Arena de Lodz rugieron mientras Pudzianowski celebraba, demostrando que, a los 45 años, seguía siendo una fuerza imparable.
Pudzianowski también dejó su marca contra oponentes de renombre, como Rolles Gracie Jr., miembro de la legendaria familia Gracie, en KSW 31 en 2015. En solo 27 segundos, Pudzianowski conectó un golpe que noqueó a Gracie, ganando el premio al nocaut de la noche. Este combate destacó su capacidad para terminar peleas rápidamente, aprovechando su potencia física para superar la técnica de luchadores más experimentados. Incluso contra Sean McCorkle, ex peleador de UFC, Pudzianowski se impuso por decisión unánime en 2011, mostrando que podía competir en combates largos gracias a su resistencia mejorada tras entrenar en el American Top Team.
Sin embargo, la carrera de Pudzianowski no ha estado exenta de reveses. En 2023, sufrió dos derrotas consecutivas, incluyendo un nocaut brutal ante Artur Szpilka en KSW Colosseum 2, donde 50,000 espectadores presenciaron cómo Szpilka lo derribó con un gancho en el segundo asalto. También cayó ante Mamed Khalidov en KSW 77 en 2022, una pelea que prometía ser histórica pero terminó con Pudzianowski noqueado. Estas derrotas, aunque dolorosas, no han disminuido su popularidad en Polonia, donde es un héroe nacional y una figura mediática que ha llenado estadios con hasta 60,000 aficionados, como en el Estadio Nacional de Varsovia.
A pesar de sus 48 años en 2025, Pudzianowski sigue activo, impulsado por una mentalidad que combina disciplina y pasión. Su fuerza, forjada desde los 13 años levantando pesas y practicando karate kyokushin, lo ha convertido en un ícono. Fuera del ring, su carisma lo llevó a la final de *Bailando con las Estrellas* en Polonia y a cantar con la Pudzian Band. Además, su éxito empresarial, con una escuela de guardias de seguridad y una compañía de transporte, refleja su versatilidad. Para los fanáticos, Pudzianowski no es solo el hombre más fuerte del mundo; es un símbolo de perseverancia que sigue destruyendo oponentes y rompiendo barreras, dejando un legado que inspira a generaciones en el deporte y más allá.