En un giro sin precedentes y francamente extraño en las guerras mediáticas en curso, NBC Comcast ha sacado a ABC del aire, declarando que la cadena rival “le debe una disculpa al pueblo americano.” Mientras que las disputas corporativas no son nada nuevo en el panorama de los medios, este último enfrentamiento ha levantado cejas por su audacia—y por lo que parece ser la causa subyacente: el manejo controversial de ABC del reciente debate presidencial, particularmente el infame hecho de que los moderadores David Muir y Linsey Davis desmintieron en tiempo real al expresidente Donald Trump.

Sí, lo has leído bien—dos redes están ahora en desacuerdo público sobre un debate político. Y no se trata de quién tuvo la mejor iluminación en el escenario o las frases más ingeniosas. No, esto es sobre la verdad, las mentiras, y si interrumpir a un expresidente para aclarar que, no, no perdió las elecciones de 2020 “por un cabello,” es motivo para una revuelta en la industria de los medios.

Todo comenzó con la transmisión por parte de ABC del último debate presidencial entre Donald Trump y Kamala Harris. Aunque los debates son tradicionalmente intensos, este alcanzó nuevas alturas, en gran parte debido a la decisión de los moderadores de verificar los hechos de Trump en tiempo real. Durante el intercambio de 90 minutos, Muir y Davis intervinieron múltiples veces para corregir las afirmaciones del expresidente sobre todo, desde el aborto hasta los inmigrantes supuestamente comiendo mascotas en Ohio (sí, esa fue una afirmación real).

Para los partidarios de Trump, esto pareció una especie de ataque concertado, con algunos incluso llamando al evento “El Asado de Donald Trump, Patrocinado por ABC.” El verdadero colofón llegó cuando Muir interrumpió a Trump para desmentir su afirmación de que los demócratas apoyan “la ejecución de bebés después del nacimiento,” y nuevamente cuando refutó la extraña historia de Trump sobre inmigrantes en Springfield, Ohio, comiendo las mascotas del vecindario.

“Los moderadores de ABC convirtieron el debate en un circo de control de la verdad,” alegó un enojado partidario de Trump en las redes sociales. “Queríamos una pelea justa, ¡no un festival de comprobaciones de hechos!”

Entra NBC Comcast, irrumpiendo para defender el honor del expresidente y, aparentemente, del país entero. Solo días después del debate, NBC Comcast hizo lo impensable: apagaron a ABC de sus servicios de cable y streaming, dejando a millones de espectadores preguntándose por qué su dosis habitual de The Bachelorette o Good Morning America había sido reemplazada por nada más que estática.

En un comunicado de prensa devastador, NBC Comcast explicó su decisión. “ABC ha cruzado una línea,” decía el comunicado. “Su supuesto debate fue un desastre. Le deben una disculpa al pueblo americano por convertir lo que debería haber sido un intercambio justo y equilibrado en una farsa de arrogancia periodística. Hasta que se emita tal disculpa, nos negamos a emitir cualquier programación de ellos.”

El comunicado continuaba, acusando a ABC de sobrepasar su rol como emisora. “¿Verificación de hechos en medio de un debate? Inaceptable. Los espectadores tienen el derecho de escuchar a ambos candidatos hablar sin interrupciones, sin importar si lo que están diciendo está basado en la realidad.”

El apagón envió ondas de choque a través del panorama mediático. De repente, la programación de ABC—desde Shark Tank hasta The View—estaba fuera del aire para millones de hogares en todo el país. ¿Y los espectadores? Bueno, no estaban contentos.

“¿Dónde está Dancing with the Stars?!” tuiteó un fan enojado. “No sintonizé para un enfrentamiento mediático. ¡Solo quiero ver a personas en lentejuelas bailando el cha-cha!”

Otros, sin embargo, parecían más intrigados por la audaz postura de NBC. “Finalmente, alguien está defendiendo a América,” escribió un partidario del apagón. “ABC ha ido demasiado lejos con su cruzada de verificación de hechos. Si Trump quiere decir que los perros están siendo comidos en Ohio, ¡ese es su derecho!”

Incluso los políticos se pronunciaron, algunos pidiendo una investigación completa sobre la cobertura del debate de ABC. “Esto es más que un apagón mediático,” dijo un senador en X (anteriormente Twitter). “Esto es sobre la Primera Enmienda. Lo que ABC hizo durante ese debate fue censura, puro y simple.”

Entonces, ¿qué quiere exactamente NBC Comcast? Según su comunicado, no piden mucho—solo una disculpa pública de ABC. Pero aquí es donde las cosas se complican: NBC no solo quiere una disculpa por cómo se manejó el debate; quieren que ABC se disculpe con todo el pueblo americano.

“ABC le debe a América una disculpa por tratarnos como si no pudiéramos manejar la verdad,” dijo un ejecutivo de NBC, rebosante de ironía. “Ellos piensan que son los guardianes de la información, pero el público americano merece más. Merecemos que los candidatos hablen sin ser interrumpidos por ‘trampas’ de verificación de hechos.”

La demanda de disculpas nacionales de NBC se ha convertido en objeto de sátira por sí misma. Algunos la consideran la demanda más ambiciosa desde que James Cameron pidió al público que viera tres horas de Avatar. “¿Quién se disculpa con un país entero?” bromeó un comentarista. “¿Van a enviar cartas manuscritas a cada hogar?”

Por ahora, ABC se ha mantenido notablemente en silencio sobre el asunto. Los expertos dicen que la cadena está sopesando sus opciones, incierta sobre si ofrecer una disculpa vaga, elaborada por relaciones públicas, o mantenerse firme y negarse a ceder a las demandas de NBC.

Una cosa es segura: disculparse podría sentar un peligroso precedente. Si ABC se disculpa por verificar los hechos de Trump, ¿qué sigue? ¿Tendrán que disculparse las redes cada vez que señalen que una afirmación de un candidato no está bien fundamentada en la realidad? ¿Se convertirá la verificación de hechos en una práctica en peligro en una era donde se aceptan las “hechos alternativos” como válidos?

Parece que ABC está atrapado entre la espada y la pared—disculparse y perder credibilidad con quienes creen en la integridad periodística, o mantenerse firme y arriesgarse a más apagones por parte de NBC Comcast.

Mientras NBC Comcast y ABC continúan su enfrentamiento, el futuro de los debates televisivos queda en la balanza. ¿Estamos avanzando hacia un mundo donde la verificación de hechos se considere una intromisión? ¿Donde los candidatos pueden decir lo que quieran, sin importar cuán absurdo sea, sin miedo a correcciones?

Una cosa es cierta: esto es más que una disputa entre dos gigantes mediáticos. Es un reflejo de la batalla más amplia sobre la verdad, la responsabilidad, y el papel que deben jugar los medios en el discurso político. ¿Deben las cadenas actuar como árbitros, llamando la atención sobre las falsedades cuando las ven? ¿O simplemente dejar que los candidatos se enfrenten sin intervención, dejando que los espectadores decidan qué es real y qué no?

Mientras tanto, millones de estadounidenses se quedan sin la programación de ABC, y NBC Comcast ha trazado una línea en la arena. Si ABC emitirá la disculpa que exige NBC sigue siendo un misterio. Pero una cosa es segura: el panorama mediático solo se pondrá más extraño a partir de aquí.

Y en cuanto a los espectadores que solo intentan ver el próximo episodio de Grey’s Anatomy? Bueno, probablemente son los que merecen una disculpa.