A día 9 de marzo de 2025, el mundo del motociclismo está en ebullición por las últimas declaraciones de Marc Márquez, el piloto español que sigue dominando las pistas y dando que hablar. Durante una entrevista concedida ayer, 8 de marzo, de cara a la nueva temporada de MotoGP, Márquez lanzó una provocación dirigida a Valentino Rossi, la leyenda italiana que ha escrito páginas inolvidables en la historia de este deporte. Con una sonrisa pícara y un tono firme, el cerverino de 32 años dijo: “Oye viejo, quédate en casa y mírame correr y ganar esos títulos”. Las palabras, pronunciadas mientras se prepara para perseguir su noveno título mundial, han reavivado una rivalidad que ha cautivado a millones de fanáticos durante la última década, a pesar de que Rossi se retiró de las carreras profesionales en 2021.

Márquez, que corre para el equipo Gresini Racing con una Ducati después de dejar Honda en 2024, parece más decidido que nunca. Su temporada 2024 fue un triunfo: consiguió el título de MotoGP con una serie de victorias aplastantes, demostrando que el cambio a la moto italiana solo ha amplificado su talento. Ahora, con la temporada 2025 a la vuelta de la esquina (el primer Gran Premio está programado para el 23 de marzo en Qatar), Márquez mira los récords de Rossi con una mezcla de respeto y ambición. Rossi, apodado “El Doctor”, ha ganado nueve campeonatos mundiales, incluidos siete en la categoría reina, una hazaña que Márquez, con sus ocho títulos (seis en MotoGP), está a un paso de igualar y potencialmente superar.
La provocación no pasó desapercibida. Rossi, de 46 años, ahora ocupado como propietario del equipo VR46 y piloto de carreras ocasional, aún no ha respondido oficialmente. Sin embargo, los fans italianos, fieles a su ídolo, ya han inundado las redes sociales con reacciones, defendiendo el legado de Valentino y acusando a Márquez de arrogancia. En X, un usuario escribió: “Marc puede ganar todo lo que quiera, pero nunca será una leyenda como Rossi”. Otro replicó: “Márquez tiene razón, él es el presente y el futuro, Valentino es el pasado”. La rivalidad entre ambos, que alcanzó su punto álgido en el polémico choque de 2015 en Sepang, sigue dividiendo al público, aunque hoy se juega más con palabras que en la pista.
Márquez, por su parte, parece estar disfrutando el momento. Tras años plagado de lesiones (una grave lesión en el brazo derecho en 2020 lo mantuvo alejado de las carreras durante meses), el ciclista español vuelve a la cima, con más hambre que nunca. Su frase no es sólo una crítica a Rossi, sino un mensaje al mundo: pretende reescribir los libros de récords. Con la Ducati Desmosedici GP25, una moto que se anuncia aún más competitiva que la versión anterior, Márquez podría acercarse a los números de Rossi ya este año. Añadió: “Respeto a Valentino, ha hecho mucho por este deporte, pero ahora me toca a mí. Los títulos están ahí y los quiero”.
La temporada 2025 promete ser explosiva. Además de Márquez, hay jóvenes talentos como Francesco Bagnaia, campeón de 2022 y rival interno en el campamento de Ducati, y Pedro Acosta, el debutante que impresionó en 2024. Pero todas las miradas estarán puestas en el español, que sigue polarizando con su conducción agresiva y su carisma. Rossi, incluso fuera de las carreras de MotoGP, sigue siendo una presencia importante: su equipo VR46 cuenta con pilotos como Marco Bezzecchi, y su influencia en el deporte es innegable. Algunos se preguntan si responderá a la provocación, tal vez con uno de sus famosos chistes, o si dejará que la canción hable por él a través de sus protegidos.
Márquez, mientras tanto, no se detiene. Su declaración es un desafío no sólo a Rossi, sino a toda la historia de MotoGP. A sus 32 años, se encuentra en la cima de su madurez atlética y mental, y su hambre de victoria parece inagotable. Independientemente de si puede superar o no los nueve títulos de Rossi, una cosa es segura: 2025 será un año candente, con Márquez decidido a demostrar que el presente le pertenece. Y mientras los fans de Rossi defienden a su “viejo”, el piloto español corre hacia el futuro, dispuesto a conseguirlo todo: títulos, récords y, quizás, incluso la última palabra en esta épica rivalidad.