La rivalidad entre Valentino Rossi y Marc Márquez es una de las historias más intensas y controvertidas de la historia de MotoGP, un capítulo del que se sigue hablando incluso años después de los enfrentamientos más acalorados. Recientemente, una nueva declaración atribuida al legendario piloto italiano ha reavivado las llamas de esta disputa. Según se informa, Rossi llamó a Márquez “un cobarde” durante una conversación privada con un alto ejecutivo de Ducati, un comentario que no solo generó controversia entre los fanáticos sino que también provocó una respuesta furiosa del jefe del fabricante de motocicletas Borgo Panigale. Este episodio llega en un contexto ya de por sí tenso, con Márquez preparándose para debutar en 2025 como piloto oficial de Ducati junto a Francesco “Pecco” Bagnaia, amigo y protegido de Rossi.

Todo tiene su origen en una larga historia de fricciones entre ambos campeones, que alcanzó su punto álgido en 2015, durante el famoso Gran Premio de Malasia en Sepang. Ese año, Rossi luchaba por el título mundial contra Jorge Lorenzo, pero un accidente con Márquez en la pista cambió el rumbo de la temporada. Rossi acusó al español de obstaculizarle deliberadamente para favorecer a Lorenzo, episodio que supuso una sanción para el italiano y la pérdida de su ansiado décimo título mundial. Desde entonces, la relación entre ambos nunca se ha curado del todo, y las palabras de Rossi, incluso después de todos estos años, siguen reflejando un resentimiento interminable. La reciente declaración, de confirmarse, sería un nuevo golpe a una guerra fría que parece destinada a no tener fin.
¿Pero qué llevó a Rossi a decir palabras tan duras ahora? Algunos especulan que el comentario está relacionado con la decisión de Ducati de centrarse en Márquez para el equipo de fábrica, una decisión que sorprendió a muchos en el paddock y que el propio Rossi ha criticado abiertamente en el pasado. En una entrevista de agosto de 2024 con el periódico francés L’Équipe, el nueve veces campeón del mundo expresó dudas sobre la estrategia de Ducati, calificándola de “broma” y enfatizando cómo la medida había decepcionado a jóvenes talentos como Jorge Martin y Marco Bezzecchi, que esperaban un ascenso. Para Rossi, que dirige el equipo VR46 con motos Ducati, la llegada de Márquez podría representar una amenaza no sólo para el crecimiento de sus pilotos, sino también para el equilibrio interno del fabricante italiano, que en los últimos años ha dominado MotoGP gracias a una gestión cuidadosa y una “pirámide” de talentos bien estructurada.

La reacción del jefe de Ducati, quien se dice está furioso por las palabras de Rossi, agrega una capa más de complejidad a la historia. Ducati ha invertido mucho en Márquez, viendo en él una oportunidad para consolidar su dominio en el campeonato mundial. El ocho veces campeón del mundo, tras un 2024 con altibajos con el equipo Gresini, demostró que sigue siendo competitivo, ganando tres Grandes Premios en las últimas seis carreras de la temporada y ganándose así un lugar en el equipo de fábrica. Sin embargo, las palabras de Rossi ponen en tela de juicio no sólo el carácter de Márquez, sino también la elección estratégica de Ducati, con el riesgo de crear tensiones en un momento crucial. El jefe de la compañía, que prefiere centrar la atención en los resultados en la pista, percibió el comentario como un ataque personal y un intento de desestabilizar la armonía del equipo de cara a 2025.

Mientras tanto, Márquez ha optado por no alimentar la polémica. Durante el fin de semana del Gran Premio de Tailandia en octubre de 2024, el español le dijo a Corsedimoto: “Tengo cosas más importantes en las que pensar que responder a las declaraciones de otros pilotos”. Una respuesta que refleja su deseo de centrarse en la pista, donde está viviendo un renacimiento después de años difíciles con Honda. Sin embargo, el silencio de Márquez no calma a la afición, dividida como siempre entre los que le consideran un genio de MotoGP y los que, siguiendo a Rossi, le acusan de errores pasados.
Esta nueva provocación de Rossi, real o imaginaria, demuestra hasta qué punto la rivalidad con Márquez sigue influyendo en el mundo de MotoGP, incluso ahora que el italiano se ha retirado de las carreras y se dedica al automovilismo y a dirigir su equipo. Para muchos, sus palabras son una forma de mantener viva su leyenda y defender los valores que siempre ha representado: talento, carisma y una actitud competitiva sin concesiones. Para otros, sin embargo, es signo de una obsesión que no les permite pasar página. Lo que es seguro es que 2025, con Márquez en Ducati, será una prueba no sólo para el español, sino también para la capacidad del fabricante italiano para gestionar una situación que promete ser explosiva, dentro y fuera de la pista.