El imperio de Elon Musk atraviesa una tormenta perfecta. Mientras Tesla alguna vez lideró con fuerza la revolución de los vehículos eléctricos (VE), hoy enfrenta una crisis que se intensifica rápidamente. Las devoluciones de coches están en su punto más alto, los clientes leales están abandonando la marca, la competencia gana terreno y las pérdidas personales de Musk son asombrosas.

Récord histórico de devoluciones
Informes recientes revelan que las devoluciones de los vehículos Tesla han alcanzado niveles sin precedentes, especialmente con los modelos Model 3 y Model Y. Los compradores citan problemas recurrentes como defectos en la pintura, ensamblaje deficiente y fallos en el software.
Según un estudio de J.D. Power, las quejas de calidad han aumentado más del 30% en los últimos seis meses. Además, los tiempos de entrega erráticos y un servicio postventa deficiente han incrementado la frustración.
“Esperé mi Tesla cinco meses. Llegó con una abolladura y la pantalla se congelaba constantemente. Lo devolví en menos de una semana”, escribió un usuario de Reddit en California.
Pérdida de fidelidad del cliente
Más preocupante aún es el hecho de que los antiguos fanáticos de Tesla están perdiendo la fe en la marca. Antes considerada un símbolo de innovación y exclusividad, Tesla ahora se percibe como una empresa descuidada y arrogante.
Un informe de Morgan Stanley indica que uno de cada cinco propietarios anteriores de Tesla ha optado por otras marcas para su próximo coche eléctrico, incluyendo rivales como Hyundai, Ford, Volkswagen e incluso marcas chinas como BYD, que ofrecen mejores acabados y atención al cliente.
Cuota de mercado en peligro
En 2020, Tesla controlaba más del 70% del mercado de VE en EE. UU. Hoy, esa cifra ha caído por debajo del 50%, y se estima que podría bajar del 40% a finales de 2025. En China, la situación es aún más alarmante: fabricantes locales como BYD y NIO están creciendo rápidamente, ganando terreno a costa de Tesla.
La imagen de Musk tampoco ayuda. Sus declaraciones polémicas en X (antes Twitter), sus posicionamientos políticos y su enfoque en otros proyectos como SpaceX o Neuralink han generado críticas de inversores, quienes cuestionan su compromiso con Tesla.
Pérdidas financieras millonarias
La consecuencia directa de esta situación ha sido una caída estrepitosa de las acciones de Tesla en la bolsa. Desde enero, las acciones han bajado más del 35%, provocando que Elon Musk pierda más de 70 mil millones de dólares en patrimonio neto, según Bloomberg.
Aunque aún sigue en el top de los hombres más ricos del mundo, Musk está viendo cómo su fortuna se desvanece rápidamente, sin una solución clara a corto plazo.
“Musk es un genio, pero hasta los genios necesitan gestión y enfoque”, comentó un analista de Silicon Valley.
¿Y ahora qué?
Para salir de esta crisis, Tesla necesita recuperar la confianza del consumidor, mejorar drásticamente la calidad de sus productos y reestructurar su servicio al cliente. Musk, por su parte, debe demostrar que Tesla sigue siendo su prioridad, antes de que el mercado lo reemplace.
Si no lo hace pronto, Tesla no solo podría perder su liderazgo en el sector, sino también el aura de innovación que tanto la diferenciaba.