Según los informes, en un shock sísmico para el mundo del boxeo, el presidente de la AMB, Gilberto Mendoza Jr., canceló la licencia de boxeo de Gervonta “Tank” Davis, con vigencia inmediata, luego de la confirmación de acusaciones de sobornos vinculados a su controvertido sorteo mayoritario contra Lamont Roach Jr. a principios de este mes. La decisión, anunciada hace solo unas horas, marca una caída dramática de la gracia para el campeón ligero de peso inactivable, cuya carrera ahora está en equilibrio.

La controversia proviene de la defensa del título del 1 de marzo de Davis en el Barclays Center en Brooklyn, donde conservó su cinturón de peso ligero de la AMB en un sorteo mayoritario contra Roach. La pelea provocó críticas generalizadas después de que Davis se arrodilló voluntariamente en la novena ronda, una acción que muchos, incluido el equipo de Roach, argumentó que debería haber sido un derramamiento. La decisión del árbitro Steve Willis de llamarlo sin derrames, a pesar de comenzar inicialmente un recuento, provocó indignación, con fanáticos y analistas acusando a la AMB de sesgo hacia Davis, un favorito de la organización desde hace mucho tiempo.

En las semanas posteriores a la pelea, los susurros de impropiedad se hicieron más fuertes. Fuentes cercanas a la Comisión Atlética del Estado de Nueva York (NYSAC), que confirmaron el sorteo a pesar de una revisión, insinuó “irregularidades” en el proceso de oficiación. Luego, anoche, surgió un informe explosivo: supuesta evidencia de soborno que involucra al campamento de Davis y a los funcionarios clave de la AMB. Según un denunciante anónimo, se hicieron pagos para garantizar que el resultado de la lucha favoreciera a Davis, protegiendo su registro invicto y comercialización como la “cara del boxeo”.
Mendoza, quien inicialmente presionó para una revancha entre Davis y Roach, invirtió el curso después de que las acusaciones de soborno fueron corroboradas. En una declaración emitida a las 11:00 a.m. PDT de hoy, declaró: “La AMB significa integridad en el boxeo. Tenemos cero tolerancia a la corrupción. Después de confirmar la evidencia de soborno en la pelea de Davis-Roach, no tengo más remedio que cancelar la licencia de boxeo de Gervonta Davis. Este deporte debe ser limpiado, y esto es un paso necesario”.
La decisión no tiene precedentes para un luchador de la estatura de Davis. El nativo de Baltimore de 30 años, con un récord de 30-0-1 (28 KOs), ha sido una piedra angular de la división de peso ligero de la AMB, atrayendo números masivos de pago por visión y vendiendo arenas. Pero su carrera ha sido perseguida durante mucho tiempo por la controversia, desde problemas legales hasta acusaciones de favoritismo por parte de la AMB, reclamos que se remontan a 2018 cuando la organización fue criticada por quitar los títulos silenciosos de otros combatientes para beneficiar a Davis.
Si bien los detalles de la evidencia de soborno permanecen en secreto, las fuentes afirman que incluye registros financieros y comunicaciones entre el equipo de Davis y los funcionarios de la ABA, supuestamente mostrando pagos para influir en el árbitro y los jueces. El escándalo ha reavivado los debates sobre la corrupción en el boxeo, y algunos apuntan a la historia de decisiones cuestionables de la AMB, como el incidente de 2018, donde despojaron el título de peso súper pluma de Andrew Machado para entregarlo a Davis para una lucha contra un oponente no amenazado.
El campamento de Davis aún no ha respondido oficialmente, pero el luchador llevó a X a las 12:15 pm PDT, publicando: “Esta es una caza de brujas. Soy el mejor y no pueden manejarlo”. El mensaje críptico solo ha alimentado la especulación, con los fanáticos divididos, algunos llamando a la justicia, otros denuncian la decisión de la AMB como una extralimitación. “El tanque ha sido jodido por el sistema”, tuiteó un seguidor. “Es la estrella más grande en el boxeo, ¿por qué necesitaría sobornar a alguien?”
Mientras tanto, el equipo de Roach, que había protestado formalmente por el resultado de la pelea, celebró las noticias. “Se sirve justicia”, dijo Roach en una breve declaración. “Sabía que algo no estaba bien esa noche. Ahora el mundo también lo sabe”.
La cancelación de la licencia de Davis arroja su futuro al caos. Ya en una autoproclamada “gira de despedida” con planes de retirarse a fines de 2025, Davis ahora enfrenta la posibilidad de una salida temprana del deporte. Sin una licencia de la AMB, no puede competir en combates sancionados, deteniendo efectivamente su carrera a menos que obtenga una licencia de otro órgano de gobierno como el WBC o IBF, un proceso que podría ser complicado por el escándalo de soborno.
Las implicaciones más amplias para el boxeo son igual de significativas. El movimiento de la AMB, aunque elogiado por algunos como una posición audaz contra la corrupción, hace que otros cuestionen el propio papel de la organización en habilitar dicho comportamiento. Los críticos señalan la defensa inicial de Mendoza de la decisión de Davis-Roach y la historia de favoritismo de la AMB hacia Davis, preguntando por qué se necesitó un escándalo público para avanzar en acciones. “La AMB no está limpiando la casa, están salvando la cara”, dijo el analista de boxeo Tom Hauser a ESPN. “Si se tomaban en serio la reforma, investigarían sus propias filas también”.
A partir de la 1:37 PM PDT, el mundo del boxeo todavía está lidiando con las consecuencias. Se espera que Davis apele la decisión, potencialmente llevando el asunto a la corte, mientras que Roach ha sido nombrado campeón interino de peso ligero de la AMB en espera de una futura pelea por el título. El NYSAC, ya bajo fuego por su manejo de la pelea original, anunció que lanzará una investigación separada sobre las reclamaciones de soborno.
Para los fanáticos, la noticia es una píldora amarga. Davis, lo amo o lo odia, ha sido un pararrayos de atención, trayendo los ojos convencionales al boxeo con su poder noqueado y su personalidad más grande que la vida. Pero a medida que el deporte se enfrenta a otro escándalo de corrupción, una pregunta es grande: ¿puede el boxeo limpiar su acto o la “ciencia dulce” seguirá siendo un juego de sombras?
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