La Fórmula 1 se ha visto sacudida por una nueva polémica técnica justo antes del icónico Gran Premio de Mónaco. McLaren, uno de los equipos históricos del campeonato, ha sido acusado de emplear un motor con componentes “supercompuestos” no declarados ni homologados por la FIA. Según fuentes internas del paddock, el escándalo ha alcanzado tal magnitud que la Federación Internacional del Automóvil ha intervenido de inmediato, ordenando el sellado completo del monoplaza MCL39 de cara a una inspección técnica exhaustiva.

Todo comenzó tras el inesperado rendimiento del MCL39 en las últimas dos carreras, especialmente en Imola, donde tanto Lando Norris como Oscar Piastri mostraron un ritmo sorprendentemente alto en tramos de alta carga aerodinámica. Algunos equipos rivales, en particular Mercedes y Aston Martin, habrían levantado sospechas tras comparar los datos de telemetría y registrar una aceleración inusual en la salida de curvas lentas, característica que apuntaría a una alteración en la entrega de potencia del propulsor.

La polémica se intensificó cuando surgieron rumores de que McLaren habría introducido un componente experimental en la cámara de combustión del motor Mercedes suministrado, desarrollado en colaboración con un proveedor externo de materiales compuestos en Suiza. Este componente, clasificado como “supercompuesto híbrido cerámico-carbono”, estaría diseñado para soportar temperaturas más altas y mejorar la eficiencia térmica del motor, generando un incremento en la potencia durante picos de aceleración.

La FIA, alertada por estas alegaciones, ha actuado con rapidez. Durante la inspección técnica posterior al GP de Emilia-Romaña, se solicitó el sellado del MCL39 #4 (de Norris) para evitar cualquier modificación antes de su análisis técnico en París. Una fuente cercana al equipo McLaren ha confirmado que el monoplaza ya ha sido transportado en un contenedor sellado y está bajo custodia de oficiales de la FIA. El análisis se centrará no solo en la integridad del motor, sino también en la legalidad de cualquier modificación estructural del chasis que pudiera haber beneficiado el comportamiento térmico del propulsor.

McLaren, por su parte, niega cualquier infracción del reglamento. En un breve comunicado, el equipo de Woking afirmó que “todas las evoluciones del MCL39 han sido comunicadas de manera transparente a la FIA, incluyendo cada actualización técnica realizada desde el inicio de la temporada 2025”. No obstante, no ofrecieron detalles específicos sobre el presunto “supercompuesto”, lo que ha intensificado el ruido mediático.

En el paddock, la reacción ha sido inmediata. Toto Wolff, jefe de Mercedes, se mostró cauto pero firme: “Es esencial que se respete el reglamento técnico. Si se demuestra que alguien ha ido más allá, debe haber consecuencias”. Por otro lado, Christian Horner de Red Bull fue más irónico: “Quizás McLaren descubrió el secreto del motor nuclear…”.

El momento no podría ser más tenso. El GP de Mónaco es tradicionalmente un escaparate clave para patrocinadores y fabricantes, y cualquier altercado técnico en este punto de la temporada tiene implicaciones más allá del rendimiento deportivo. Si la FIA encuentra irregularidades, McLaren podría enfrentarse a la descalificación de carreras anteriores, multas millonarias o incluso la suspensión temporal de su participación.

Mientras tanto, los aficionados y analistas están divididos. Algunos ven en esta acusación una maniobra de presión por parte de rivales molestos por el ascenso repentino de McLaren en la tabla. Otros, sin embargo, creen que podría tratarse del mayor escándalo técnico desde el caso del “mass damper” de Renault en 2006.

Con la investigación en curso y el MCL39 bajo escrutinio, el ambiente rumbo a Mónaco está más cargado que nunca. Lo que iba a ser un fin de semana de glamour y precisión en las calles del Principado, podría convertirse en el epicentro de un terremoto regulatorio que sacuda los cimientos del campeonato 2025.