Candace Owens, la activista conservadora declarada, ha vuelto a encender una tormenta a nivel nacional, esta vez con un llamado directo y controvertido a expulsar a la nadadora transgénero Lia Thomas de los deportes femeninos.
La audaz declaración de Owens ha alimentado un debate ya intenso sobre la inclusión de las personas transgénero en el atletismo, con partidarios y críticos enfrentándose sobre lo que realmente significan la justicia y la igualdad en los deportes competitivos.
Un impactante llamado a la acción
Owens, conocido por oponerse a la agenda progresista, no se anduvo con rodeos en una transmisión reciente:
“Lia Thomas debe ser expulsada del deporte femenino inmediatamente”.
Argumentó que la participación de Thomas es una violación fundamental de la justicia, afirmando que los varones biológicos tienen ventajas físicas innegables sobre las mujeres biológicas, independientemente de la terapia hormonal.
Owens insistió en que permitir que las mujeres transgénero compitan contra atletas cisgénero no sólo es injusto, sino un ataque directo a los derechos de las mujeres.
Lia Thomas: una figura divisiva en el atletismo femenino
Lia Thomas hizo historia como la primera atleta abiertamente transgénero en ganar un campeonato de la División I de la NCAA, convirtiéndose instantáneamente en un símbolo de inspiración y controversia.
Sus partidarios la elogian como una pionera en la defensa de los derechos de las personas transgénero, destacando su dedicación, disciplina y el hecho de que cumplió con los requisitos de elegibilidad de la NCAA.
Sin embargo, los críticos, incluidos muchos atletas femeninos y analistas deportivos, argumentan que las ventajas biológicas de Thomas en fuerza, resistencia y masa muscular comprometen la integridad de las competiciones femeninas.
Owens ahora ha amplificado este sentimiento, declarando que la participación de Thomas es una amenaza directa para las atletas femeninas que luchan por obtener becas, campeonatos y carreras en los deportes profesionales.
Un debate que polariza a nivel nacional
La demanda de Owens ha provocado una conmoción en el panorama político y deportivo.
Sus partidarios la elogian por defender la equidad en los deportes femeninos, y algunos piden políticas estrictas para mantener a los varones biológicos fuera de las categorías femeninas.
Mientras tanto, los defensores LGBTQ+ han criticado sus comentarios como discriminatorios, afirmando que borran las luchas que enfrentan los atletas transgénero para lograr aceptación e inclusión.
La conversación más amplia sobre los atletas transgénero ya ha provocado cambios en las políticas a nivel estatal y federal.
Varios estados han aprobado leyes que prohíben a las mujeres transgénero competir en deportes femeninos, mientras que otros han reforzado políticas de inclusión.
Incluso la NCAA está luchando por equilibrar estos intereses en competencia, ajustando sus criterios de elegibilidad en respuesta a la creciente presión de ambos lados.
El futuro del deporte femenino en una encrucijada
A medida que se intensifica la tormenta, algunos expertos proponen una nueva solución: la creación de una categoría “abierta” para atletas transgénero, que permita la competencia sin perjudicar a las mujeres cisgénero.
Sin embargo, los críticos argumentan que esto podría marginar aún más a los competidores transgénero en lugar de ofrecer una solución real.
La demanda de Owens ha elevado el debate a nuevas alturas, garantizando que la batalla por la inclusión de las personas transgénero en los deportes siga siendo un tema definitorio de nuestro tiempo.
Independientemente de si se considera su declaración como una defensa necesaria de los derechos de las mujeres o como un ataque excluyente a los atletas transgénero, una cosa es segura: el futuro de los deportes femeninos está en juego.
Mientras ambas partes se mantienen firmes, la pregunta sigue siendo: ¿debería la equidad o la inclusión tener prioridad en el mundo del atletismo competitivo?