El mundo de la Fórmula 1 vuelve a estar en el ojo del huracán. Esta vez, el centro de la polémica es el joven piloto argentino Franco Colapinto, quien recientemente se ha visto envuelto en lo que muchos ya llaman el escándalo más oscuro de la temporada 2025.

Todo comenzó tras el Gran Premio de Mónaco, cuando Colapinto, quien había logrado una destacada clasificación durante las sesiones de práctica, sufrió problemas técnicos inexplicables en su monoplaza minutos antes de la clasificación oficial. En ese momento, su equipo atribuyó los fallos a “errores eléctricos menores”. Sin embargo, nuevas filtraciones han revelado una posible operación de sabotaje interno, lo que ha desatado una verdadera tormenta dentro del paddock.

Según fuentes anónimas dentro del entorno de Alpine, escudería en la que Colapinto ejerce como piloto reserva con posibilidades de titularidad en 2026, ciertos miembros del equipo habrían alterado deliberadamente configuraciones clave del coche, afectando el rendimiento del motor y la gestión de energía. Todo esto, al parecer, con el objetivo de frenar el ascenso meteórico del piloto sudamericano, quien ha captado la atención de patrocinadores, medios y fanáticos alrededor del mundo.

La razón detrás de este presunto sabotaje, según los expertos, radica en tensiones internas. Colapinto habría superado en desempeño a pilotos de mayor antigüedad y mayor salario dentro del equipo, lo que habría generado celos y presiones políticas internas. Además, se rumorea que Flavio Briatore, asesor especial de Alpine, no vería con buenos ojos el protagonismo que está tomando el argentino, sobre todo por presión de nuevos patrocinadores sudamericanos.

Ante la gravedad de la situación, la FIA ha anunciado una investigación formal, y se espera que en los próximos días se tomen declaraciones tanto a ingenieros como a directivos del equipo. Por su parte, Colapinto ha mantenido una postura firme y profesional. En una breve declaración a la prensa, afirmó:

“Yo vine a correr, no a jugar a la política. Confío en que la verdad saldrá a la luz.”

Las redes sociales han explotado en apoyo al joven piloto. El hashtag #JusticiaParaColapinto ha sido tendencia mundial, y miles de aficionados argentinos han expresado su indignación ante lo que consideran una maniobra para silenciar el talento latinoamericano en la F1.

La situación ha puesto en evidencia un problema más profundo: la lucha de poder dentro de las escuderías y cómo los intereses económicos y políticos pueden entorpecer el desarrollo de nuevas promesas del automovilismo.

Lo que parecía ser una simple falla técnica se ha convertido en un escándalo internacional que podría cambiar el futuro de Colapinto y, posiblemente, la estructura interna de Alpine. Todos los ojos están puestos ahora en la FIA, que deberá determinar si se trata de un incidente aislado o de una red de sabotaje más grande de lo que imaginamos.