El paddock de MotoGP está revolucionado tras un nuevo capítulo en la saga entre Valentino Rossi y Marc Márquez. La reciente acusación de Rossi, llamando a Márquez “traidor” por firmar un acuerdo publicitario con Honda mientras corría para Ducati, ha provocado una fuerte respuesta del CEO de Ducati, Claudio Domenicali. En una entrevista exclusiva, Domenicali defendió a Márquez, declarando: “Márquez no hizo trampa, Rossi, cállate”, marcando la primera advertencia pública al Doctor. Este enfrentamiento verbal, que acrecienta la rivalidad histórica entre ambos pilotos, corre el riesgo de inflamar aún más el campeonato 2025, ya de por sí lleno de tensiones.

La polémica estalló después de que Rossi, en un podcast reciente, criticara a Márquez no sólo por su contrato con Honda, sino también por su comportamiento pasado, volviendo al episodio de 2015 en Malasia, donde acusó al español de competir para hacerle perder. Rossi reiteró que Márquez “se pasó de la raya”, calificándolo como “el piloto más sucio” de MotoGP. Estas palabras han reavivado viejas heridas, con la afición dividida entre los que apoyan a la leyenda italiana y los que defienden el talento de Márquez. En X, un usuario comentó: “Rossi vive en el pasado, Márquez es el presente de MotoGP”, mientras que otro escribió: “Valentino tiene razón, Marc siempre juega al límite de las reglas”.

Domenicali, sin embargo, optó por defender a su nuevo piloto oficial. En el documental de DAZN España, “La vida en rojo”, el consejero delegado elogió la llegada de Márquez a Ducati, destacando su valor como ocho veces campeón del mundo y su capacidad para aportar competitividad al equipo. Respecto a las acusaciones de Rossi, Domenicali fue claro: «Marc no ha incumplido ningún contrato. Sus decisiones comerciales son legítimas y no afectan su compromiso con nosotros». Luego añadió una advertencia dirigida a Rossi: “Las polémicas no le sirven a nadie. Valentino debería concentrarse en su papel y dejar que los pilotos hagan el suyo”. Esta posición representa una señal fuerte, considerando el peso de Rossi en el mundo Ducati, siendo propietario del equipo VR46, impulsado por la empresa Borgo Panigale.

La tensión entre Rossi y Márquez no es nada nuevo. Su relación se agrió en 2015, cuando Rossi acusó a Márquez de favorecer a Jorge Lorenzo en la pelea por el título. El episodio de Sepang, que culminó con un contacto en pista y una sanción a Rossi, sigue siendo una herida abierta para el Doctor, que recientemente reveló detalles inéditos, como el supuesto guiño de Márquez a su manager Emilio Alzamora tras la sanción, interpretado como una señal de satisfacción. Estas anécdotas han alimentado las acusaciones de Rossi, pero también han suscitado críticas de quienes creen que el nueve veces campeón del mundo exagera al repasar el pasado.

Para Ducati la situación es delicada. Márquez, tras un extraordinario 2024 con el equipo satélite Gresini, ha sido ascendido al equipo oficial junto a Francesco Bagnaia, una elección que ya ha generado dudas por parte de Rossi, que había calificado la decisión de “broma” por haber excluido a jóvenes talentos como Jorge Martín y Marco Bezzecchi. Ahora, con Domenicali defendiendo públicamente a Márquez, se avecina un posible conflicto con Rossi, cuyo equipo VR46 es una parte clave del ecosistema Ducati. Bagnaia, el protegido de Rossi, se encuentra en una posición incómoda, obligado a navegar entre la lealtad a su mentor y la necesidad de colaborar con Márquez.

La respuesta de Márquez, hasta ahora, ha sido mesurada. En una entrevista reciente, dijo que no quería “hacer la guerra” con Rossi, enfatizando su intención de centrarse en la pista. Sin embargo, su estilo de conducción agresivo y sus decisiones estratégicas continúan dividiendo la opinión pública. La temporada 2025 promete ser un campo de pruebas no sólo para el título mundial, sino también para la dinámica interna de Ducati. Mientras Rossi observa atentamente, dispuesto a apoyar a Bagnaia, Domenicali parece decidido a proteger a Márquez, el piloto por el que el fabricante italiano ha apostado para consolidar su dominio. En este clima de acusaciones y advertencias, una cosa es cierta: MotoGP nunca ha estado tan cerca de una explosión de emociones y rivalidades.