Mientras Estados Unidos concentra sus ambiciones espaciales en el planeta rojo, una advertencia explosiva de Elon Musk ha sacudido la escena geopolítica y científica mundial: China podría estar tomando una ventaja estratégica crucial… en la Luna.

Lejos de ser una simple especulación, la alerta del fundador de SpaceX ya genera preocupación entre diplomáticos, científicos y expertos militares. Musk advierte sobre una “amenaza silenciosa pero decidida” por parte de China, que podría redefinir completamente la carrera espacial durante la próxima década.
Las palabras explosivas de Elon Musk
En una entrevista transmitida en vivo por X (antes Twitter), Elon Musk no se anduvo con rodeos:
“Mientras la NASA planea misiones a Marte, China se está preparando para reclamar partes de la Luna. Esto es una partida de ajedrez espacial, y podríamos estar perdiendo.”
Una declaración que rápidamente dio la vuelta al mundo. Según Musk, China no se conforma con lanzar satélites o enviar rovers. El verdadero objetivo sería establecer una presencia permanente en la Luna, con bases científicas e incluso militares.
¿Qué está haciendo China realmente en la Luna?
El programa espacial chino ha avanzado a pasos agigantados. Tras el éxito de sus misiones Chang’e —incluido el alunizaje en la cara oculta de la Luna en 2019 (Chang’e 4) y el regreso de muestras lunares en 2020 (Chang’e 5)—, China planea enviar astronautas a la Luna antes de 2030.
Más preocupante aún, según Musk, es que China estaría construyendo estructuras robóticas para preparar una base lunar habitable. Imágenes satelitales analizadas por expertos muestran módulos en desarrollo, posiblemente en la cara oculta, lejos de la vigilancia occidental.
“Avanzan en silencio, pero con eficacia. Esto ya no es solo ciencia; es estrategia.” — Elon Musk
¿Una nueva carrera espacial?
La situación recuerda a la carrera espacial de la Guerra Fría, pero ahora el enfrentamiento incluye intereses económicos, militares y de soberanía territorial fuera de la Tierra.
Si una nación logra establecer una base en la Luna, podría reclamar derechos sobre recursos lunares como agua congelada, helio-3 (potencial fuente de energía limpia) y minerales raros.
Para Musk, permitir que China tome la delantera sería “renunciar al futuro de la humanidad”:
“Quien controle la Luna, controlará el acceso a los recursos del espacio. No es ciencia ficción, es geopolítica.”
¿Y Estados Unidos?
Aunque la NASA impulsa el ambicioso programa Artemis, con el objetivo de llevar astronautas a la Luna en 2026, su enfoque a largo plazo está centrado en Marte. Musk critica abiertamente esta estrategia.
Él propone una colaboración más estrecha entre SpaceX y la NASA para construir una base lunar tripulada en 2028, que funcione como plataforma científica y preparación para la colonización marciana.
“No podemos saltarnos la Luna. Si lo hacemos, otros ocuparán ese vacío.”
Reacciones globales
Las declaraciones de Musk no han pasado desapercibidas. Algunos congresistas estadounidenses ya han solicitado audiencias urgentes sobre la amenaza lunar de China. Mientras tanto, Pekín niega las acusaciones y califica las palabras de Musk como “provocaciones irresponsables”.
Sin embargo, tras bambalinas, las tensiones crecen.
¿Un nuevo orden espacial?
A medida que las potencias se disputan el espacio exterior, la Luna se convierte en la nueva frontera del poder global. En este escenario, la advertencia de Elon Musk podría marcar un punto de inflexión: el momento en que la exploración espacial deja de ser solo un sueño… y se convierte en una carrera por el control.
“Pensamos que Marte era nuestra prioridad. Pero si descuidamos la Luna, podríamos perder todo nuestro lugar en el universo.” — Elon Musk