ÚLTIMA HORA: Lia Thomas pierde una batalla legal y se le prohíbe la clasificación olímpica. “Una gran victoria para el deporte femenino”.
En una decisión que ha generado revuelo en el mundo del deporte, la nadadora transgénero Lia Thomas ha perdido oficialmente su batalla legal para competir en la categoría femenina en los próximos Juegos Olímpicos. El fallo llega tras meses de controversia y procedimientos legales que han generado un intenso debate público sobre la equidad, la inclusión y el futuro del deporte femenino.
Thomas, excampeona de la NCAA que atrajo la atención mundial por competir —y dominar— en la natación universitaria femenina tras su transición, desafió las políticas de la federación internacional de natación que restringen la participación de mujeres transgénero en competiciones de élite. Estas regulaciones, que exigen que las atletas transgénero hayan realizado la transición antes de la pubertad para competir en pruebas femeninas, la descalificaron de hecho de perseguir sus sueños olímpicos.
El Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), que supervisó la apelación, confirmó la política de la federación, afirmando que se ajusta al objetivo de garantizar la competencia justa en el deporte femenino. Según el resumen del tribunal, la política se basa en evidencia científica y busca preservar la integridad de las categorías femeninas.
El equipo legal de Thomas argumentó que la política era discriminatoria y violaba sus derechos humanos, pero el tribunal discrepó, afirmando que la inclusión debe equilibrarse con la equidad. “Es un caso complejo”, declaró un portavoz del TAS, “pero en la competición de élite, salvaguardar la igualdad de condiciones sigue siendo una prioridad”.
Muchos defensores del deporte femenino celebran el fallo como un hito histórico. Tanto exolímpicas como atletas en activo han expresado su apoyo a la decisión, calificándola de paso hacia la protección de las oportunidades de las mujeres biológicas en el deporte competitivo. “Esta es una gran victoria para la justicia y para cada joven que sueña con competir a nivel mundial”, declaró una medallista de oro olímpica.
Sin embargo, el caso también ha reavivado un intenso debate. Quienes apoyan a Thomas consideran la decisión un revés para los derechos de las personas transgénero en el deporte, argumentando que las políticas deberían evolucionar para reconocer la identidad de género, además de la biología. «Lia es una atleta talentosa que merece una oportunidad como cualquier otra persona», declaró un grupo de defensa LGBTQ+.
A medida que avanza el debate, es probable que el impacto de esta decisión tenga repercusiones mucho más allá de la piscina. Con París 2024 a la vuelta de la esquina, los organismos deportivos internacionales podrían enfrentarse pronto a una creciente presión para revisar y perfeccionar sus políticas, buscando un equilibrio entre inclusión y equidad que respete tanto la identidad individual como la integridad de la competición.