La FIFA ha conmocionado al mundo del fútbol con una decisión drástica tras el polémico partido de semifinales de la Liga de Campeones entre Inter de Milán y FC Barcelona. El árbitro polaco Szymon Marciniak, encargado de dirigir el encuentro, ha sido suspendido de manera oficial e indefinida, y se le ha convocado a una investigación exhaustiva por parte del organismo rector del fútbol mundial. La noticia, confirmada por fuentes cercanas a la FIFA, responde a las numerosas quejas sobre las decisiones arbitrales tomadas durante el partido, que culminó con la eliminación del Barcelona en la prórroga tras un vibrante 4-3 en el Giuseppe Meazza.

El encuentro, que terminó con un agregado de 7-6 a favor del Inter, estuvo marcado por varias decisiones controvertidas de Marciniak. Una de las más cuestionadas fue la concesión de un penalti a Inter tras una revisión del VAR, que muchos consideran injusta, ya que el contacto entre Pau Cubarsí y Lautaro Martínez fue mínimo. Además, un posible penalti a favor de Barcelona por una mano de Francesco Acerbi fue desestimado, y otra jugada en la que se señaló una falta fuera del área en lugar de un penalti sobre Lamine Yamal generó indignación en el equipo catalán. Estas decisiones, según el entrenador Hansi Flick, inclinaron la balanza en un partido donde “cada decisión 50-50 fue en contra” de su equipo.

La reacción no se hizo esperar. El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, convocó una reunión de emergencia para abordar las acusaciones de parcialidad y errores graves en el arbitraje. Tras deliberaciones, se decidió suspender a Marciniak, una medida que ha generado opiniones divididas. Mientras algunos aficionados y analistas aplauden la acción como un paso hacia la transparencia, otros consideran que la sanción es excesiva, dado el historial intachable de Marciniak, quien arbitró la final del Mundial 2022. La investigación buscará determinar si hubo influencias externas o fallos sistemáticos en su actuación.

El Barcelona, aún dolido por la eliminación, ha anunciado que apoyará plenamente la investigación y no descarta emprender acciones legales si se confirman irregularidades. Los aficionados culés han inundado las redes sociales con críticas al arbitraje, exigiendo reformas en el uso del VAR y mayor rendición de cuentas. Por su parte, el Inter de Milán, que avanza a la final, ha preferido mantenerse al margen del escándalo, enfocándose en su preparación para el próximo desafío.

Este incidente pone de manifiesto las tensiones crecientes en torno al arbitraje en el fútbol moderno, donde cada decisión es analizada al detalle. La FIFA enfrenta ahora la tarea de restaurar la confianza en los oficiales, mientras el caso Marciniak podría sentar un precedente para futuras sanciones. La comunidad futbolística espera con atención los resultados de la investigación, que podrían redefinir los estándares de imparcialidad en el deporte rey.