Brittney Griner dice que dejará el baloncesto competitivo: “Nadie me quiere en su equipo”.

En un anuncio impactante y cargado de emoción, la estrella de la WNBA, Brittney Griner, declaró el lunes que se retirará del baloncesto competitivo indefinidamente. Sus palabras, «Nadie me quiere en su equipo», conmocionaron al mundo del deporte y reabrieron el debate sobre la intersección de la política, la identidad y el rendimiento atlético en el deporte profesional moderno.
Griner, quien ha sido tanto un ícono como un foco de controversia, hizo el anuncio a través de sus redes sociales, tras una turbulenta primera mitad de la temporada 2025 de la WNBA con las Atlanta Dream. “Lo he dado todo por este deporte”, escribió, “pero ahora el ruido es más fuerte que las ovaciones. Estoy cansada de librar batallas que no tienen nada que ver con el baloncesto”.
Su declaración desató inmediatamente el debate. Sus partidarios se apresuraron a defender a Griner, citando el intenso escrutinio, el racismo, la misoginia y la homofobia que ha sufrido desde que regresó de su detención en Rusia en 2022. Pero los críticos se apresuraron a argumentar que la salida de Griner se debió a sus propios errores, tanto dentro como fuera de la cancha.
En los últimos meses, Griner ha estado en el centro de varias controversias. Un video viral a pie de cancha la capturó supuestamente dirigiendo un comentario incendiario a la novata de las Indiana Fever, Caitlin Clark, un incidente que dividió a aficionados y comentaristas por igual. Aunque algunos, como la periodista Jemele Hill, defendieron a Griner y aclararon el contexto del comentario, muchos lo interpretaron como racista, intensificando aún más los sentimientos ya polarizados.
Griner también fue noticia tras un arrebato emocional durante un partido contra los Dallas Wings, donde se le escuchó gritar groserías a los árbitros. El momento se repitió en redes sociales, con algunos aplaudiendo su pasión y otros calificándolo de conducta antideportiva impropia de una líder veterana.
Sin embargo, el punto de inflexión podría haber llegado tras un incidente ocurrido en febrero, cuando Griner canceló una aparición pública en una cumbre de líderes tras descubrir una nota en su habitación de hotel con la frase “Cárcel de bebés gays”, una referencia que algunos creen que era una broma, pero que despertó recuerdos traumáticos de su tiempo bajo custodia rusa. Los críticos se burlaron de su reacción, calificándola de excesivamente sensible, mientras que otros se solidarizaron con ella, destacando las secuelas psicológicas que podría tener.
Además, su comportamiento después de los Juegos Olímpicos también generó críticas. Después de presentarse como candidata para el Campeonato Mundial de Fútbol Americano de 2018…
himno nacional durante los juegos de París 2024—a pesar de haber protestado previamente durante el himno en temporadas anteriores—Griner fue etiquetado como hipócrita por detractores como el ex entrenador Lin Dunn, quien dijo: “No deberías representar a Estados Unidos si solo lo respetas cuando te sirve”.
Quizás lo más perjudicial fueron los rumores, aunque infundados, de que Nike planeaba romper vínculos con Griner debido a su imagen cada vez más divisiva. Si bien los verificadores de datos han desmentido estas afirmaciones, la especulación subrayó lo polarizante que se ha vuelto, incluso para posibles patrocinadores.
Todo esto pinta una imagen de un atleta agotado no por el juego en sí, sino por la guerra cultural que lo rodea.
Su partida plantea preguntas incómodas: ¿Es Brittney Griner víctima de prejuicios sistémicos o simplemente incapaz de asumir la responsabilidad de su propio distanciamiento de la afición y sus compañeras? ¿Ha fracasado la WNBA en proteger a una de sus mayores estrellas o ha consentido a una jugadora cuyo comportamiento la ha distanciado cada vez más del público?
Hasta ahora, Griner no ha descartado por completo volver al baloncesto, pero su tono sugiere que está dispuesta a alejarse para siempre. “Quizás encuentre la paz en otro lugar”, escribió. “Quizás la cancha ya no sea mi hogar”.
Ya sea que Brittney Griner sea recordada como una pionera incomprendida o como una historia de advertencia sobre la fama y la controversia fuera de control, una cosa es segura: su ausencia dejará un vacío en la liga y un debate que no terminará pronto.