Una nueva tormenta ha sacudido el mundo del tenis y, esta vez, no se trata de una fiesta ni de una lesión, sino de un inesperado cruce de declaraciones que ha incendiado las redes sociales. La protagonista: Aryna Sabalenka, actual número uno del ranking mundial femenino. La otra cara de la moneda: Emma Raducanu, campeona del US Open 2021, y Carlos Alcaraz, el joven fenómeno español que no dudó en salir en defensa de la británica con una frase que ya es tendencia mundial.
Todo comenzó con una historia de Instagram publicada por Sabalenka la madrugada del lunes, horas después de su sorprendente eliminación en cuartos de final de Wimbledon. En un tono visiblemente molesto, la bielorrusa escribió:
Ganar un Grand Slam con tan poca experiencia no es mérito, es suerte. Y si además tienes a la ATP y a los árbitros a tu favor, es aún más fácil. No nos engañemos: Raducanu no ha demostrado nada.
La reacción fue inmediata. Aunque la publicación fue eliminada minutos después, capturas de pantalla comenzaron a circular en Twitter, Instagram y TikTok, generando una oleada de comentarios tanto a favor como en contra del jugador. Muchos criticaron su falta de deportividad, mientras que otros señalaron que simplemente estaba expresando una opinión.
Pero el momento que realmente marcó un antes y un después fue la inesperada intervención de Carlos Alcaraz.
El joven murciano, que se ha caracterizado por su elegancia tanto dentro como fuera de la cancha, no se quedó callado ante lo que consideró un ataque injusto y gratuito. A través de su cuenta oficial X (anteriormente Twitter), Alcaraz escribió solo nueve palabras, sin mencionar directamente a Sabalenka, pero dejando clara su postura:
La suerte no gana torneos. El talento sí.
La respuesta fue breve, directa y devastadora. En menos de una hora, el tuit superó los 100.000 «me gusta» y fue compartido por figuras del tenis, periodistas deportivos y aficionados de todo el mundo. Entre los comentarios, se encontraron mensajes como: «Clase y verdad en una sola frase» , «Alcaraz, MVP del tenis y sentido común» y «Así defiende a un compañero sin insultos».
Emma Raducanu, por su parte, no respondió directamente a Sabalenka. Pero horas después publicó una foto de su entrenamiento con la descripción:
“Que hablen.
Sigo trabajando”.
En los pabellones de Wimbledon, la tensión era evidente. Según fuentes cercanas al torneo, Sabalenka se negó a hacer declaraciones al respecto durante su última rueda de prensa y abandonó la sala visiblemente molesto cuando le preguntaron por el comentario de Alcaraz.
Mientras tanto, jugadores como Ons Jabeur, Casper Ruud o Coco Gauff han dado “me gusta” al mensaje del español, interpretado por muchos como una muestra de apoyo tácito a Raducanu.
La ATP y la WTA aún no han emitido comunicados oficiales sobre el incidente, pero los medios especializados ya hablan de un posible “expediente disciplinario” por parte de la WTA a Sabalenka, al considerar que sus declaraciones pueden considerarse antideportivas y perjudiciales para la imagen del circuito.
Más allá de las sanciones, lo cierto es que este episodio ha dejado claro que el respeto entre colegas sigue siendo un límite infranqueable. Mientras Sabalenka sigue en el centro de la polémica, Alcaraz ha demostrado una vez más por qué se le considera no solo una promesa del tenis, sino también un ejemplo de madurez y elegancia en un deporte donde la presión y la competitividad suelen perjudicar a los peores —o a los mejores— atletas.
Y para millones de fanáticos que aún recuerdan el cuento de hadas que fue el título de Raducanu en el US Open, está claro que lo que ganó aquella adolescente de 18 años no fue suerte: fue pura historia.
Así, en apenas nueve palabras, Carlos Alcaraz ponía punto y final a una polémica… y devolvía al tenis un poco de esa nobleza que a veces parece olvidada.