Lo rompió… y ahora pierde el sueño para arreglarlo: Elon Musk trabaja sin parar 24/7 para salvar X tras una caída global. ¿Movimiento heroico o control de daños desesperado?

La plataforma X (antes conocida como Twitter) sufrió esta semana una de las peores interrupciones en su historia, dejando a millones de usuarios sin acceso en todo el mundo. En respuesta, Elon Musk, su icónico propietario, declaró que trabajará sin descanso, día y noche, para resolver el problema. Un gesto que ha generado división: algunos lo ven como un líder comprometido, mientras otros lo interpretan como un signo de caos interno.

Una caída global que dejó al mundo en silencio

Todo comenzó con lo que muchos pensaron que era un simple error: los timelines no cargaban, los mensajes privados no se enviaban, y muchas cuentas mostraban fallos graves. En menos de una hora, X estaba completamente fuera de servicio a nivel global, afectando a periodistas, empresas, gobiernos e influencers.

La interrupción duró hasta nueve horas en algunas regiones, una eternidad en la era digital actual.

Musk, el hombre en misión

Pocos minutos después de confirmarse la falla, Elon Musk publicó un mensaje desde su acceso interno a X:

“No dormiré hasta que X vuelva a estar en línea. Esto es personal.”

Desde entonces, fuentes cercanas informan que Musk prácticamente no ha salido de la sede de X en San Francisco. Ha liderado reuniones técnicas a todas horas, ha revisado líneas de código personalmente, e incluso ha dormido en el sofá de su oficina — una escena que recuerda a sus días fundacionales en Tesla y SpaceX.

¿Un líder heroico?

Para sus seguidores, esta actitud demuestra que Musk es un líder que se involucra y no teme ensuciarse las manos. El hashtag #MuskNeverSleeps se volvió viral, acompañado de memes y mensajes de apoyo.

“Muchos CEOs se esconden en momentos de crisis. Elon no. Él está en la primera línea”, comentó Marta Ruiz, emprendedora tecnológica española.

¿O un empresario al borde del colapso?

Pero las críticas no han tardado en llegar. Algunos expertos afirman que la crisis fue provocada por el propio Musk, debido a sus decisiones tras la adquisición de Twitter en 2022. Desde entonces, ha despedido equipos clave, desmantelado áreas como ciberseguridad y confiabilidad, e implementado cambios técnicos agresivos.

“Cuando te obsesionas con romper cosas para innovar sin preparar un plan B, terminas en el caos”, opinó Javier Lozano, ingeniero de software con experiencia en plataformas sociales.

¿Un mal ejemplo para la salud mental?

El gesto de Musk también ha generado preocupación por el mensaje que transmite: trabajar sin dormir no es sostenible ni saludable, y puede ser visto como un ejemplo peligroso para trabajadores y jóvenes emprendedores.

“Glorificar el sacrificio extremo no es liderazgo. Es una forma tóxica de presión que solo conduce al agotamiento”, advirtió la psicóloga laboral Elena Prieto.

¿Y ahora qué pasará con X?

Se estima que la caída de X provocó pérdidas millonarias en ingresos publicitarios, además de un daño grave a su reputación. Varias marcas e influencers están considerando migrar temporalmente a otras plataformas como Threads o BlueSky.

Musk ha prometido una revisión interna exhaustiva y mejoras estructurales en los servidores, aunque aún no ha ofrecido detalles técnicos específicos. Se espera una rueda de prensa en los próximos días.

¿Héroe o pirómano digital?

Elon Musk siempre ha sido un maestro en moldear su propia narrativa. Transforma cada crisis en una oportunidad de demostrar su genialidad. Pero esta vez, la pregunta clave es: ¿el mundo le sigue creyendo?

Mientras la plataforma vuelve lentamente a la normalidad, la presión sobre Musk no hace más que aumentar. Porque, en el vertiginoso mundo digital, una caída puede significar el principio del fin… o una leyenda en construcción.

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