En el siempre dramático mundo de la lucha libre profesional, pocas rivalidades son tan intensas como la actual disputa entre Seth Rollins y CM Punk. El último capítulo de su saga ha conmocionado al Universo WWE, con Rollins desatando un duro ataque verbal contra Punk, acusándolo de ser un “ladrón, un carroñero, un falso mártir, un vendedor de aceite de serpiente y un estafador” que “solo sabe cómo sacarle dinero a niños ricos y hacer llover ácido para destruir la empresa”. Este explosivo enfrentamiento, emitido en el podcast Not Just Football con Cam Heyward el 15 de abril de 2025, no solo ha reavivado su animosidad personal, sino que también ha involucrado al director de contenido de la WWE, Triple H, en la contienda, lo que plantea interrogantes sobre el controvertido regreso de Punk a la WWE y la dinámica entre bastidores.
Las raíces de este conflicto se remontan a más de dos décadas, comenzando en 2002 cuando Seth Rollins, de 16 años, se acercó a CM Punk para entrenarse en Ring of Honor (ROH). Punk, entonces una estrella en ascenso, fue mentor de Rollins, forjando un vínculo que perduró hasta sus inicios en la WWE. Como miembros del roster de la WWE, compartieron camaradería, y Punk ayudó a Rollins a perfeccionar su arte después de los combates. Sin embargo, esta mentoría se agrió en 2014 cuando Punk dejó la WWE abruptamente, alegando frustraciones creativas y atención médica inadecuada. Rollins, quien veía la WWE como el trabajo de sus sueños, se sintió traicionado por la salida de Punk y las acciones posteriores. Las críticas públicas de Punk a la WWE, incluido su infame podcast de 2014 con Colt Cabana, donde arremetió contra la gerencia de la compañía, incluido Triple H, profundizaron la ruptura. Rollins, leal a la WWE, se tomó los ataques de Punk como algo personal, especialmente porque Punk parecía esperar que sus amigos abandonaran sus carreras en solidaridad con él.

La permanencia de Punk en All Elite Wrestling (AEW) de 2021 a 2023 alimentó aún más el desdén de Rollins. Rollins acusó a Punk de aceptar dinero del “hijo de un multimillonario” (una clara indirecta al dueño de AEW, Tony Khan) y de usar su plataforma para socavar la WWE sin lograr estabilidad en AEW. El tiempo de Punk en AEW se vio empañado por altercados tras bambalinas, incluyendo una pelea con The Elite (Kenny Omega y The Young Bucks) en 2022 y una confrontación física con Jack Perry en AEW All In 2023, que llevó a su despido. Rollins, hablando en el podcast, expresó su disgusto por el regreso de Punk a la WWE en noviembre de 2023, acusándolo de hipocresía por “ondear la bandera de la WWE” después de años de menospreciar a la compañía. “No puedo expresar el absoluto disgusto que siento por CM Punk en mis venas”, declaró Rollins, enfatizando el egoísmo y la deslealtad percibidos de Punk.
La controversia ha puesto inevitablemente a Triple H en el centro de atención. Como director creativo de la WWE, Triple H orquestó el sorprendente regreso de Punk en Survivor Series 2023, una decisión que, según se informa, molestó a varios luchadores, incluidos Rollins y Drew McIntyre. Punk y Triple H tienen su propia historia complicada, ya que Punk acusó previamente a Triple H de mala gestión durante su salida en 2014. Sin embargo, Triple H ha minimizado públicamente las tensiones pasadas, declarando en 2023: “Si eres la misma persona que eras hace diez años, la has cagado. Todos maduramos. Soy una persona diferente, él es una persona diferente, esta es una empresa diferente”. A pesar de esta postura diplomática, las críticas abiertas de Rollins sugieren una inquietud persistente sobre la reintegración de Punk, especialmente mientras la WWE se prepara para una lucha de triple amenaza de alto riesgo en WrestleMania 41, que enfrentará a Rollins contra Punk y Roman Reigns.
El combate de WrestleMania 41, programado para el 19 de abril de 2025 en Las Vegas, promete ser un polvorín de animosidad real y preconcebida. La historia entre los tres hombres, que se remonta a su época en The Shield, donde Rollins, Reigns y Dean Ambrose (ahora Jon Moxley) debutaron como el músculo contratado por Punk en 2012, añade capas de complejidad. Rollins ha reconocido su respeto profesional por Reigns, pero ha admitido desconfianza, mientras que su desprecio por Punk es inequívoco. La naturaleza sin descalificación ni conteo de out de la lucha de triple amenaza garantiza un enfrentamiento caótico, con rencores personales que probablemente se desbordarán. Los fans ya están entusiasmados con la idea de que la WWE incorporará estas tensiones de la vida real a la trama, especialmente después de las declaraciones sin filtro de Rollins en el podcast.
Punk, por su parte, se ha mantenido relativamente moderado, aunque ha insinuado que el origen de la rivalidad reside en sus similitudes. En una entrevista de enero de 2024 con Jackie Redmond, Punk sugirió que la hostilidad de Rollins se debe a los celos, señalando: «He estado en todos los lugares donde él ha estado, y él no ha estado en todos los lugares donde yo he estado». La capacidad de Punk para provocar reacciones masivas del público, como se vio durante la promoción de su regreso en Chicago, subraya su persistente poder estelar, pero su pasado turbulento plantea dudas sobre su integración a largo plazo en el vestuario de la WWE.
Con la llegada de WrestleMania 41, el mundo de la lucha libre observa con atención. ¿La mala relación entre Rollins y Punk culminará en un encuentro clásico o desestabilizará el selecto elenco de la WWE? La apuesta de Triple H por el regreso de Punk es arriesgada y rentable, y solo el tiempo dirá si da sus frutos. Por ahora, las fuertes acusaciones de Rollins han preparado el terreno para un enfrentamiento que trasciende el ring, combinando la traición personal con la ambición profesional de una forma que solo la lucha libre puede ofrecer.