Lewis Hamilton ha sacudido el mundo de la Fórmula 1 con una inesperada y contundente declaración que pone en jaque al equipo Ferrari. Según fuentes cercanas al paddock, el siete veces campeón del mundo habría lanzado un ultimátum directo a la escudería italiana: si no se contrata al piloto mexicano Sergio “Checo” Pérez y no se despide a Charles Leclerc y al joven Oliver Bearman, él abandonará el equipo al finalizar la próxima temporada.
La noticia ha generado un verdadero terremoto en Maranello. Hamilton, quien aún no ha completado su primera temporada con Ferrari tras su sorprendente salida de Mercedes, ha dejado claro que sus expectativas respecto al futuro del equipo no se están cumpliendo. El británico considera que Leclerc ha cometido demasiados errores estratégicos y en pista, y que Bearman, aunque talentoso, no está preparado aún para competir en la máxima categoría con una de las escuderías más históricas de la parrilla.
Además, Hamilton ha exigido que el CEO de Ferrari, Benedetto Vigna, tome una decisión inmediata, sin esperar al final del campeonato. Esta presión añadida ha sido interpretada por algunos analistas como un intento del piloto británico de tomar mayor control en la toma de decisiones deportivas dentro del equipo, lo cual podría generar tensiones con los directivos y con otros pilotos.
Por su parte, Checo Pérez ha evitado hacer comentarios directos sobre la situación, aunque ha manifestado en recientes entrevistas su interés por seguir compitiendo al más alto nivel, incluso si eso implica un cambio de equipo. Su actual situación en Red Bull es incierta, y un eventual fichaje por Ferrari sería un giro inesperado en su carrera.
En cuanto a Leclerc, fuentes del entorno del piloto monegasco afirman que está sorprendido y molesto por la postura de Hamilton, considerando que ambos deberían trabajar como compañeros para fortalecer el proyecto de Ferrari y no dividir al equipo con exigencias radicales.
Los aficionados y expertos del automovilismo están divididos. Algunos apoyan la determinación de Hamilton por buscar resultados inmediatos y por querer rodearse de pilotos que considera más compatibles con su estilo competitivo. Otros, sin embargo, critican lo que ven como una falta de respeto hacia compañeros de equipo y una actitud que podría perjudicar el ambiente interno de la escudería.
Mientras tanto, Ferrari guarda silencio oficial, lo que no hace más que aumentar las especulaciones sobre una posible crisis interna. Las próximas semanas serán decisivas, y el futuro de Hamilton en la escudería roja podría depender de cómo reaccione la dirección ante su contundente ultimátum. El mundo de la Fórmula 1 espera expectante.
