“Le pongo mucha garra pero no sale nada”: Franco Colapinto enojado y culpa a Alpine tras GP de Singapur

El Gran Premio de Singapur dejó un sabor amargo en el paddock de la Fórmula 1, especialmente para el equipo Alpine y su piloto argentino Franco Colapinto. En un circuito tan exigente como Marina Bay, donde las luces nocturnas iluminan curvas estrechas y el asfalto urbano pone a prueba la resistencia física y mecánica de los monoplazas, Colapinto luchó con uñas y dientes por avanzar en la parrilla. Sin embargo, el resultado final, un decimosexto puesto, no reflejó el esfuerzo invertido. El joven de 22 años no ocultó su frustración al bajar del auto, culpando directamente al rendimiento deficiente del Alpine A525 y a una estrategia que no dio frutos. Esta carrera, celebrada bajo un calor sofocante y con condiciones que demandan precisión milimétrica, expuso las debilidades crónicas del equipo francés, dejando al argentino con la sensación de que su garra personal no basta para compensar las limitaciones técnicas.

Desde el inicio del fin de semana, las señales no eran alentadoras para Alpine. En las prácticas libres, Colapinto ya había mostrado inconsistencias en el manejo del auto, terminando en posiciones rezagadas como la decimonovena en las sesiones iniciales. El trazado de Singapur, con sus 4.94 kilómetros de curvas cerradas y rectas cortas, favorece a equipos con mayor agarre y estabilidad, algo que el A525 no ofrece de manera consistente. El argentino, quien debutó en la máxima categoría con Williams en 2024 y sumó puntos en carreras como Azerbaiyán, esperaba que su paso a Alpine le diera un impulso mayor en 2025. Pero la realidad ha sido distinta: el equipo francés arrastra problemas de desarrollo desde inicios de temporada, con un monoplaza que sufre degradación excesiva de neumáticos y falta de ritmo en circuitos técnicos.

La clasificación del sábado fue un reflejo de estas dificultades. Colapinto quedó eliminado en la Q1, largando desde el decimosexto puesto debido a tráfico y obstrucciones que lo frenaron en su vuelta rápida. “Todos me bloquearon”, se quejó por radio con su ingeniero Stuart Barlow, quien intentó calmarlo recordándole que la FIA investigaría el incidente. A pesar de la bronca, el argentino avanzó tres posiciones en la largada de la carrera, escalando hasta el decimotercero en los primeros metros, un movimiento que demostró su agresividad y habilidad en maniobras de sobrepaso. Llegó incluso a rodar en el duodécimo lugar, defendiendo heroicamente contra rivales como Carlos Sainz y Nico Hülkenberg. Pero la esperanza se desvaneció con una parada en boxes en la vuelta 15, una jugada agresiva que apostaba por un safety car inexistente.

Esa decisión estratégica, explicada por el ingeniero Barlow como un intento de undercut para ganar posiciones, resultó contraproducente. Colapinto tuvo que completar un stint interminable de 47 vueltas con neumáticos medios, sufriendo una degradación brutal que lo dejó expuesto en los tramos finales. “El objetivo era hacerle el undercut a algunos autos”, le comunicó Barlow por radio, pero la ausencia de un período de neutralización cambió todo. El argentino cayó hasta el decimosexto, mientras su compañero Pierre Gasly terminaba último, en el decimonoveno. Alpine, que no suma puntos desde hace varias carreras, vio cómo su monoplaza se convertía en un lastre, con Colapinto expresando en la radio al cruzar la meta: “Qué carrera terrible”. Esta no es la primera vez que el equipo falla en la gestión de neumáticos y estrategias, un patrón que genera interrogantes sobre su dirección técnica.

Tras la carrera, Colapinto no se guardó nada en sus declaraciones a la prensa. “Una carrera muy frustrante. Le pongo mucha garra, pero no sale nada y vamos muy despacio. Por momentos es inmanejable el auto. No entiendo bien por qué vamos tan lentos, mucho más lentos que otros en algunos momentos”, soltó el argentino en una entrevista con ESPN. Sus palabras, cargadas de honestidad y decepción, resonaron en el paddock, destacando la brecha entre su talento y las capacidades del equipo. Colapinto, quien ha superado a Gasly en seis de once carreras esta temporada, se siente limitado por un A525 que no responde a sus inputs. “Me defendía todo lo que podía”, agregó, refiriéndose a sus esfuerzos por mantener posiciones en un auto que se comportaba como un “desastre” en los pits y en pista.

El jefe de equipo de Alpine, Steve Nielsen, quien debutó en su rol en Singapur, reconoció los aspectos positivos del desempeño de Colapinto, pero no evadió la responsabilidad. “Franco tuvo una buena salida, ganando posiciones en la primera vuelta. Fuimos agresivos con la estrategia y lo paramos temprano”, explicó Nielsen, lamentando la degradación final de los neumáticos. Sin embargo, el directivo enfatizó la ética de trabajo del equipo en medio de las dificultades, prometiendo mejoras futuras. “Hay muchos aspectos positivos que rescatar. Vendrán días mejores”, aseguró, aunque el argentino parece dudar de esa confianza. Gasly, por su parte, compartió la frustración: “Somos muy lentos. No somos lo suficientemente competitivos como para pelear”. Estas confesiones internas pintan un panorama de un equipo en crisis, donde el talento individual de Colapinto brilla a pesar de las sombras técnicas.

Lo intrigante de esta situación radica en el futuro de Colapinto con Alpine. A sus 22 años, el piloto argentino ha demostrado madurez y velocidad en circuitos donde otros flaquean, recordando sus puntos con Williams en 2024. ¿Podrá Alpine revertir su declive y darle un auto competitivo para pelear podios, o veremos un cambio de aires que lo catapulte a equipos más fuertes? Fuentes cercanas al equipo sugieren que Flavio Briatore, influyente en la estructura, valora el potencial de Colapinto, pero los resultados en pista son inexorables. Con la gira asiática cerrándose y el campeonato avanzando hacia América, el argentino necesita no solo garra, sino un monoplaza que responda a su ambición.

En el contexto más amplio de la Fórmula 1, Singapur fue dominado por George Russell, quien ganó con Mercedes, mientras McLaren se coronaba bicampeón de constructores. Verstappen recortó distancias en el campeonato, pero para pilotos como Colapinto, la carrera fue un recordatorio de que el talento solo no basta en un deporte donde la ingeniería dicta el ritmo. Alpine debe analizar esta decepción para evitar que la frustración de su piloto estrella se convierta en un éxodo. Colapinto, con su mentalidad ganadora, sigue siendo un activo valioso, pero ¿hasta cuándo tolerará un equipo que no le da alas? La próxima cita en Japón podría ofrecer pistas sobre el rumbo de esta historia.

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