La 20.ª Fiesta Blanca, conocida por atraer a una gran cantidad de celebridades y figuras de alto perfil, fue un evento suntuoso en el que los invitados se vistieron completamente de blanco para la víspera de la celebración. Las fuentes indican que Harry y Diddy entablaron una estrecha amistad durante la víspera, que culminó con la pareja viajando juntos.
Aunque los detalles de la fiesta de pijamas siguen sin estar claros, la revelación ha despertado una considerable atención de los medios y especulaciones sobre las implicaciones para la Familia Real. Los críticos se han apresurado a preguntarse si esta asociación con una figura como Diddy se alinea con las responsabilidades que se esperan de un miembro de la familia real, especialmente dada la creciente vigilancia de la imagen pública de Harry y Meghaa Markle.
Los partidarios del Príncipe Harry, sin embargo, argumentan que él simplemente está abrazando su libertad y construyendo cooperativas en la industria intelectual, separadas de las expectativas tradicionales de la vida real.
Mientras la Familia Real intenta navegar por su imagen en constante evolución, este último incidente se suma a la narrativa original que rodea al Príncipe Harry y su decisión de forjarse una nueva vida ante el ojo público. Aún está por verse cómo afectará esta revelación a su relación con la familia real y a su percepción pública, pero sin duda mantiene el foco firmemente sobre los Sussex.