La esperadísima película de Superman, dirigida por James Gunn y protagonizada por David Corenswet como el Hombre de Acero, se enfrenta a un futuro precario a medida que se intensifica la batalla legal por los derechos internacionales del personaje. Los herederos de Joseph Shuster, cocreador de Superman junto a Jerome Siegel, han reavivado una disputa de décadas con Warner Bros. Discovery (WBD) y DC Comics, presentando una demanda que amenaza con interrumpir el estreno mundial de la película el 11 de julio de 2025. Los herederos de Shuster, encabezados por el albacea Mark Warren Peary, afirman que WBD ha estado explotando a Superman en mercados internacionales clave (Canadá, Reino Unido, Irlanda y Australia) sin autorización desde 2017, cuando los derechos de autor supuestamente volvieron a sus herederos en virtud de leyes extranjeras. Si bien un tribunal federal desestimó la demanda inicial en abril de 2025, los herederos han presentado ahora un caso casi idéntico en un tribunal estatal de Nueva York, solicitando una orden judicial que podría detener la distribución mundial de la película. En medio de esta tormenta legal, se informa que las negociaciones entre WBD y la familia Shuster están en marcha, lo que genera esperanzas de una resolución, pero también genera incertidumbre sobre el reinicio insignia del Universo DC.

La demanda se basa en las leyes de derechos de autor en países que siguen la tradición legal británica, que exigen que los derechos de autor reviertan al patrimonio del creador 25 años después de su muerte. Shuster, quien falleció en 1992, vio sus derechos sobre Superman revertidos en 2017 (2021 en Canadá), según el abogado del patrimonio, Marc Toberoff. La demanda, presentada en enero de 2025 en el tribunal federal del Distrito Sur de Nueva York, acusó a WBD de infringir estos derechos a través de películas, programas de televisión y productos, incluyendo La Liga de la Justicia de Zack Snyder y ¡Shazam!. El patrimonio solicitó daños y perjuicios y una orden judicial para bloquear el estreno de Superman en los territorios afectados. El juez federal de distrito Jesse Furman desestimó el caso el 24 de abril de 2025, dictaminando que los tribunales estadounidenses carecen de jurisdicción sobre reclamaciones extranjeras de derechos de autor, citando la naturaleza no autoejecutable del Convenio de Berna. Sin dejarse intimidar, Peary presentó una nueva demanda en un tribunal estatal al día siguiente, reafirmando las mismas afirmaciones y tratando de evitar el lanzamiento global de la película, argumentando que el uso continuo de Superman por parte de WBD viola el derecho internacional.

El momento de la demanda es crucial, ya que Superman está a punto de lanzar el renovado Universo DC bajo el liderazgo de Gunn. La película, protagonizada por Rachel Brosnahan como Lois Lane y Nicholas Hoult como Lex Luthor, ha generado mucha expectación, y su tráiler de diciembre de 2024 se ha convertido en el más visto en la historia de DC, según la publicación de Gunn en X. La presión de los herederos de Shuster para obtener una orden judicial podría interrumpir este impulso, lo que podría obligar a WBD a retrasar el estreno o negociar un acuerdo costoso. Toberoff, un veterano en litigios de derechos de autor, insiste en que la demanda no busca negarles el acceso a los fans, sino garantizar una “compensación justa” por las contribuciones de Shuster. Argumenta que las ganancias de WBD por Superman, un personaje vendido por tan solo 130 dólares en 1938, han sido inmensas, mientras que los creadores y sus herederos históricamente han recibido una compensación mínima.

Warner Bros. ha prometido defender enérgicamente sus derechos, citando un acuerdo de 1992 con la hermana de Shuster, Jean Peavy, que, según afirman, resolvió todas las reclamaciones aumentando sus pagos anuales a 25 000 dólares. Un fallo del Noveno Circuito de 2013 confirmó este acuerdo, rechazando el intento del patrimonio de reclamar los derechos estadounidenses. Sin embargo, Toberoff argumenta que el fallo no se aplica a los derechos de autor extranjeros, una zona gris legal que sigue sin resolverse. Las publicaciones en X reflejan opiniones divididas: algunos fans califican la demanda de un intento codicioso de explotar el éxito de Superman, mientras que otros apoyan al patrimonio de Shuster, citando el maltrato histórico de los creadores. Un usuario comentó: «Shuster y Siegel fueron estafados durante décadas. Esto se trata de justicia».

Las negociaciones entre WBD y el patrimonio de Shuster siguen en curso, y fuentes indican que ambas partes están explorando un acuerdo para evitar una batalla legal prolongada. Una orden judicial exitosa podría tener implicaciones de gran alcance, no solo para Superman, sino también para la gestión de la propiedad intelectual por parte de los estudios en los mercados globales. El caso pone de relieve las complejidades del derecho internacional de autor, en particular en jurisdicciones con cláusulas de reversión. Por ahora, el destino del Superman de Gunn pende de un hilo, y los fans esperan con impaciencia las novedades. Como decía una publicación de X: «Más vale que esta película no se retrase por disparates legales. ¡Necesitamos a Superman!». El resultado de estas negociaciones podría moldear el futuro del Universo DC y sentar un precedente para los derechos de los creadores en todo el mundo, convirtiendo este en un momento crucial en el legendario legado de Superman.