Justo en la cancha de los italianos, el himno nacional español resonó con la 93ª victoria de Marc Márquez, ¡obligando a Valentino Rossi a admitir la derrota!

En un dramático giro de los acontecimientos en el Gran Premio de Italia de 2025 en Mugello, el icónico circuito con una rica herencia del automovilismo italiano, fue el himno nacional español el que resonó en las gradas, celebrando la sensacional victoria número 93 de Marc Márquez. El ocho veces campeón del mundo, piloto del equipo oficial de Ducati, ofreció una lección magistral de resiliencia y habilidad, superando un comienzo difícil para alzarse con la victoria en la carrera al sprint el sábado 21 de junio de 2025. Este triunfo, que simbólicamente coincidía con su icónico dorsal 93, no solo consolidó su dominio en la temporada 2025 de MotoGP, sino que también reavivó la persistente rivalidad con la leyenda italiana Valentino Rossi, quien estuvo presente en el evento como representante de su equipo VR46 de MotoGP. El inusual reconocimiento público de Rossi de la superioridad de Márquez marcó un momento crucial en su histórica disputa, cautivando tanto a aficionados como a expertos.
El circuito de Mugello, un lugar de orgullo italiano y un bastión para la apasionada afición de Rossi, ha sido durante mucho tiempo un entorno hostil para Márquez. Desde su infame desencuentro en 2015, cuando Rossi acusó a Márquez de sabotear sus aspiraciones al título, el español ha sido objeto de abucheos y burlas por parte del público italiano. Este año, sin embargo, Márquez notó una ligera moderación en la recepción, quizás debido a su fichaje por el equipo Ducati, con sede en Bolonia, lo que le ha granjeado el cariño de algunos aficionados locales. Aun así, la victoria en la carrera al sprint no estuvo exenta de polémica. Al cruzar Márquez la línea de meta, un pequeño pero ruidoso sector del público expresó su descontento con silbidos, una reacción arraigada en la rivalidad de una década. El director del equipo Ducati, Davide Tardozzi, visiblemente frustrado, se enfrentó a los aficionados que abucheaban, calificando su comportamiento de “antideportivo” y animándolos a dejar atrás la saga de 2015. La apasionada súplica de Tardozzi a Márquez y Rossi para que se “dieran la mano” y enterraran el hacha de guerra añadió una capa emocional a la narrativa del fin de semana.

El rendimiento de Márquez en la pista fue extraordinario. Saliendo desde la pole, sufrió una salida fallida, quedando rezagado en el grupo. Sin inmutarse, el piloto de 32 años se abrió paso metódicamente, mostrando la brillantez estratégica y la velocidad pura que han definido su carrera. Al final de la carrera, había superado a su hermano Alex Márquez y a su compañero de equipo Francesco Bagnaia, ampliando su ventaja en el campeonato a 35 puntos sobre Alex y a unos imponentes 98 sobre Bagnaia. Esta victoria marcó la octava victoria al sprint de Márquez en nueve rondas esta temporada, consolidando su condición de gran favorito para conseguir su séptimo título en la categoría reina, lo que le permitiría igualar el récord de Rossi. La posibilidad de que Márquez iguale el palmarés de Rossi ha sido tema de conversación durante toda la temporada, aunque el propio Márquez minimizó el hito, insistiendo en que superar las lesiones que amenazaron su carrera sigue siendo su mayor logro.
Rossi, observando desde la grada, no pudo ignorar el dominio del español. En un inusual momento de franqueza, el nueve veces campeón del mundo, quien se retiró de MotoGP en 2021, reconoció la brillantez de Márquez. Publicaciones en X reflejaron el sentimiento, con los aficionados notando la presencia de Rossi mientras Márquez conseguía su pole position número 100 y su victoria al sprint. Los comentarios de Rossi, aunque moderados, tuvieron peso. En septiembre de 2024, había tildado a Márquez de piloto “sucio”, reavivando viejas tensiones. Sin embargo, en Mugello, Rossi admitió que el estado de forma actual de Márquez era inigualable, una concesión que conmocionó a la comunidad de MotoGP. Este reconocimiento fue particularmente conmovedor dada la influencia de Rossi en Italia y su perdurable legado como la figura más carismática del deporte.
La rivalidad entre Márquez y Rossi, una de las historias más cautivadoras de MotoGP, ha marcado el deporte durante más de una década. Su enfrentamiento de 2015, que culminó en una polémica colisión en Malasia, dejó cicatrices que aún persisten. Mugello, en particular, ha sido un punto álgido, con un aumento de la seguridad en 2016 debido a las amenazas contra Márquez. Sin embargo, la victoria de Márquez en 2025 marcó un cambio. Su serenidad ante la adversidad, sumada a la defensa de Tardozzi, sugería que la situación podría estar cambiando. Los aficionados de X celebraron el triunfo de Márquez, algunos burlándose de los leales “Tifosi” de Rossi, mientras que otros elogiaron la capacidad del español para silenciar a sus escépticos.
A medida que se intensifica la batalla por el campeonato, la magistral actuación de Márquez en Mugello ha sentado las bases para una temporada emocionante. Su capacidad para prosperar bajo presión, incluso en terreno hostil, subraya por qué se le considera uno de los mejores pilotos de MotoGP de todos los tiempos. Para Rossi, ver a Márquez celebrando en lo más alto del podio, con el himno de España ahogando las ovaciones italianas, fue un trago amargo. Sin embargo, admitir la derrota podría marcar el comienzo de un nuevo capítulo en su rivalidad, uno donde el respeto, aunque a regañadientes, prevalece sobre la animosidad. Por ahora, Márquez sigue adelante, y su 93.ª victoria es un testimonio de su brillantez y espíritu inquebrantable.