La controversia en torno a J.K. Rowling, la autora de la saga Harry Potter, ha alcanzado un nuevo pico tras sus recientes declaraciones sobre la nueva serie de HBO basada en su obra. El 26 de abril de 2025, Rowling expresó su indignación en X al enterarse de que un actor negro fue elegido para interpretar a Severus Snape, el icónico personaje descrito en sus libros como de piel pálida. La escritora calificó esta decisión de casting como un movimiento “woke” destinado a imponer una agenda de diversidad forzada, y anunció su intención de recuperar los derechos de Harry Potter para proteger la integridad de su visión. Este episodio ha reavivado el debate sobre la representación racial en adaptaciones cinematográficas y ha intensificado las críticas hacia Rowling por sus posturas.

Rowling, quien ya ha enfrentado años de controversia por sus opiniones sobre los derechos trans, argumentó en su publicación que la elección del actor no respeta la descripción original de Snape, un personaje central en la saga. “Snape no es un lienzo para experimentos woke,” escribió, añadiendo que la decisión de HBO refleja una “obsesión moderna por reescribir historias clásicas”. Según fuentes cercanas a la autora, Rowling está explorando opciones legales para recuperar los derechos de adaptación de Harry Potter, que vendió a Warner Bros. en la década de 1990. Sin embargo, expertos legales consideran que sus posibilidades son limitadas, ya que los contratos firmados otorgan a Warner Bros. y HBO un amplio control creativo sobre las adaptaciones.

La reacción en las redes sociales fue inmediata. En X, hashtags como #RowlingVsHBO y #SnapeCasting generaron millones de interacciones. Los defensores de Rowling argumentaron que los autores deben tener derecho a preservar la fidelidad de sus obras, mientras que sus críticos la acusaron de racismo y de aferrarse a una visión obsoleta de la representación. El actor elegido para Snape, cuyo nombre aún no ha sido revelado oficialmente, no ha comentado públicamente, pero HBO emitió un comunicado defendiendo su proceso de casting: “Nuestra serie busca honrar el espíritu de Harry Potter mientras refleja la diversidad de nuestro mundo actual.” La declaración no mencionó directamente a Rowling, pero reafirmó el compromiso del estudio con una visión inclusiva.

Este no es el primer roce entre Rowling y las adaptaciones de su obra. En los últimos años, ha expresado su descontento con ciertos cambios en las películas originales y con la dirección de proyectos como Fantastic Beasts. Su oposición al casting de Snape se suma a una lista de controversias que incluyen sus críticas a actores de la saga original, como Daniel Radcliffe y Emma Watson, por apoyar los derechos trans. Radcliffe, en particular, ha sido un firme defensor de la comunidad LGBTQ+, lo que ha generado tensiones públicas con Rowling. En un reciente evento en Los Ángeles, Radcliffe comentó: “Los libros de Harry Potter pertenecen a los fans ahora, no solo a una persona.”

El término “woke”, utilizado por Rowling, ha polarizado aún más el debate. Para sus seguidores, representa una crítica legítima a lo que perciben como una imposición de valores progresistas en el arte. Para sus detractores, es una excusa para justificar prejuicios. Activistas como Tariq Ra’ouf, quienes han impulsado boicots contra proyectos de Harry Potter, celebraron la decisión de HBO, afirmando que “la diversidad en el casting es un paso hacia la justicia”. En contraste, figuras conservadoras en el entretenimiento, como el comentarista Piers Morgan, apoyaron a Rowling, argumentando que los creadores deberían tener control sobre sus obras.

El impacto de esta controversia en la serie de HBO, que planea adaptar cada libro en una temporada, aún está por verse. Aunque Hogwarts Legacy demostró que los boicots no siempre afectan el éxito comercial, la polarización en torno a Rowling podría complicar la recepción de la serie. Mientras tanto, los fans están divididos: algunos aplauden la inclusión de un actor negro como Snape, viendo en ello una oportunidad para revitalizar la historia, mientras que otros se alinean con Rowling, insistiendo en la fidelidad a los libros.

Rowling, por su parte, parece decidida a librar esta batalla. En una publicación reciente, insinuó que está dispuesta a financiar demandas legales para recuperar su propiedad intelectual, aunque no aclaró cómo planea lograrlo. A medida que la producción de la serie avanza, este enfrentamiento promete mantener a Harry Potter en el centro de un debate cultural que trasciende la ficción, enfrentando nociones de autoría, diversidad y el legado de una de las sagas más queridas del mundo.