Esta es una historia que vuelve a salir a la luz y deja atónitos a quienes aún no la conocían. Detrás del éxito imparable de Elon Musk – actualmente con una fortuna estimada en 364 mil millones de dólares – se encuentra una mujer cuya historia ha sido en gran parte olvidada: Justine Musk, su primera esposa, madre de cinco de sus hijos, y una figura clave en los años formativos del magnate tecnológico.

Hoy, Justine vive con “solo” 15 millones de dólares, una cantidad que parece generosa pero insignificante en comparación con la riqueza de su exmarido. En una serie de declaraciones que se han hecho virales, Justine cuenta cómo una sola firma, fruto del amor y la confianza, le costó el acceso a la fortuna que ella también ayudó a forjar.
Un amor universitario y un comienzo juntos
Justine Wilson conoció a Elon Musk en la Universidad Queen’s, en Canadá. Él, un joven ambicioso y visionario; ella, una escritora en formación. Se enamoraron, se casaron en el año 2000 y juntos enfrentaron los difíciles primeros años en Silicon Valley.
Durante ese tiempo, Justine fue testigo de los días y noches que Elon dedicaba a sus primeras empresas: Zip2, X.com (que luego se convertiría en PayPal), y más tarde, SpaceX y Tesla. Mientras él perseguía sus sueños, ella mantenía el hogar, criaba a sus hijos y luchaba por su carrera como autora de novelas.
Un divorcio amargo y un documento devastador
En 2008, después de ocho años de matrimonio, la pareja se separó oficialmente. Pero lo que marcó la diferencia fue un acuerdo postnupcial firmado años antes —una decisión que Justine ahora describe como “el mayor error de su vida”.
El acuerdo estipulaba que, en caso de divorcio, ella no tendría derecho a ningún porcentaje de las ganancias futuras de Elon, independientemente de cuándo se generaran o cómo crecieran sus compañías.
“Creí en nosotros. Confié plenamente en él, en nuestra visión compartida. Pensé que el amor bastaba. Estaba equivocada”, confesó Justine en un ensayo publicado años después.
De miles a millones… ¿pero para quién?
Mientras Elon Musk se convierte en un símbolo del éxito, con jets privados, satélites y autos eléctricos, Justine vive discretamente, con una asignación fija y sin acceso a las gigantescas riquezas que ayudó a sostener en sus inicios. La diferencia entre 15 millones y 364 mil millones de dólares ha provocado un intenso debate social y legal.
Muchos se preguntan si este caso no debería ser un llamado de atención sobre cómo los acuerdos legales pueden dejar en desventaja a mujeres que aportan trabajo emocional, apoyo y sacrificio a largo plazo.
Una voz que inspira
Lejos de quedarse en el silencio, Justine se ha convertido en una figura que inspira a muchas mujeres. A través de sus libros y artículos, lanza un mensaje claro:
“El amor no es un plan financiero. Protege tu futuro, incluso si amas profundamente.”
Hoy, utiliza su experiencia para advertir sobre los peligros de la ingenuidad y la importancia de la autonomía económica dentro y fuera del matrimonio.
Una historia que deja lecciones
Este no es un ataque a Elon Musk, sino una historia real de amor, confianza y consecuencias. Una historia que pone en evidencia el costo invisible que muchas mujeres pagan por creer ciegamente en el éxito de sus parejas. Y que deja una enseñanza duradera: nunca firmes algo importante sin asesoramiento, ni siquiera por amor.