En una declaración que ha sacudido tanto al mundo del espectáculo como a las redes sociales, Joy Behar, la reconocida copresentadora del programa estadounidense “The View”, ha anunciado públicamente su intención de dejar Estados Unidos y mudarse a Canadá, alegando un fuerte desacuerdo ideológico con Elon Musk, el CEO de Tesla, SpaceX y la red social X (antes Twitter).

El anuncio, realizado en vivo durante un episodio cargado de tensión política, generó una ola de reacciones inmediatas. Sin embargo, lo que realmente incendió Internet fue la reacción fulminante de Elon Musk, quien no tardó en responder con un mensaje directo y sarcástico en su propia plataforma.
Una declaración emocional en vivo
“Lo digo en serio. Si esto sigue así, me voy. No quiero vivir en un país ideológicamente dominado por alguien como Elon Musk. Ni siquiera quiero respirar el mismo aire que él”, afirmó Behar con firmeza, visiblemente molesta durante una discusión sobre la libertad de expresión en redes sociales.
A sus 81 años, Joy Behar no ha ocultado nunca su oposición a la gestión de Elon Musk desde que adquirió Twitter/X. Ha sido especialmente crítica con la reducción de la moderación de contenidos y la presencia creciente de discursos que ella considera peligrosos. Pero esta vez, su tono emocional y determinante sorprendió incluso a sus colegas en el set.
Elon Musk no se queda callado
Horas después de la emisión del episodio, Elon Musk respondió en X (su red social) con un comentario sarcástico que generó millones de interacciones:
“Buen viaje, Joy. El cielo sobre Canadá es vasto… y probablemente mucho más silencioso sin ti.”
El mensaje rápidamente acumuló más de 10 millones de visualizaciones, junto a una avalancha de respuestas, memes y debates. Algunos lo celebraron, otros lo calificaron de misógino y despectivo.
Choque de visiones: libertad vs. control
El enfrentamiento entre Behar y Musk refleja una lucha ideológica más profunda. Behar representa una visión más regulada de las plataformas digitales, con límites claros al discurso considerado nocivo. Musk, por otro lado, defiende la libertad de expresión absoluta, incluso si eso significa permitir publicaciones polémicas o impopulares.
El empresario ha calificado varias veces a los medios tradicionales —incluido “The View”— como “instrumentos de propaganda disfrazados de periodismo”. Esta rivalidad ha evolucionado de un desacuerdo ideológico a una disputa abiertamente personal.
Reacciones explosivas en redes sociales
Como era de esperarse, los usuarios de X convirtieron el incidente en una tendencia global. Los hashtags #ByeJoy y #MuskVsBehar dominaron la conversación durante más de 24 horas. Los usuarios se dividieron entre quienes apoyaban a Behar como una “voz de la razón” y quienes vitoreaban a Musk como un “defensor del pensamiento libre”.
“Una mujer con principios no debería tener que abandonar su país por culpa de un millonario ególatra.” — @LiberalHeart
“Gracias, Elon. ¡Una menos!” — @FreeSpeechRebel
Incluso celebridades como Whoopi Goldberg, compañera de Behar en “The View”, intervinieron en el debate, mostrando su apoyo:
“Estoy con Joy. Nadie debería sentirse tan sofocado en su propio país.”
¿Se irá realmente Joy Behar?
Hasta el momento, no se han confirmado planes concretos para una mudanza a Canadá, aunque fuentes cercanas a la presentadora indican que ha considerado establecerse en Toronto, donde tiene amigos y contactos en el mundo artístico.
Algunos analistas opinan que sus palabras fueron más una protesta simbólica que una decisión definitiva. Para ellos, se trata de una manera de visibilizar la tensión creciente entre los medios progresistas y las plataformas digitales menos moderadas.
Una guerra cultural en pleno auge
Lo que comenzó como una discusión sobre redes sociales ha escalado hasta convertirse en un nuevo episodio de la guerra cultural que divide a Estados Unidos. Por un lado, las voces que piden regulación y responsabilidad en el discurso digital; por el otro, quienes exigen total libertad para opinar sin censura.
Esta disputa entre Joy Behar y Elon Musk no solo representa un conflicto personal, sino que refleja la fractura ideológica y cultural de una nación cada vez más polarizada.