El paddock de la Fórmula 1 vuelve a estar lleno de rumores, esta vez debido a una noticia que ha sacudido los cimientos del equipo Red Bull Racing. Helmut Marko, asesor principal del equipo, rompió recientemente su silencio sobre la supuesta ruptura con el equipo de gestión de Max Verstappen, calificando la situación como “decepcionante”, una admisión poco común de tensiones internas dentro del equipo que ha dominado la F1 en los últimos años.
El conflicto se origina a raíz de rumores sobre desacuerdos internos respecto al futuro a largo plazo de Verstappen, especialmente tras las recientes polémicas fuera de pista y la salida repentina de figuras clave en el departamento técnico. Aunque el piloto neerlandés ha mantenido públicamente su lealtad al equipo, la prensa ha especulado sobre una creciente distancia entre su entorno y la cúpula de Red Bull.
Marko, conocido por su franqueza, abordó el asunto en una entrevista con Motorsport-Total.
“Hemos vivido un viaje increíble con Max desde que llegó siendo un adolescente,” declaró el austríaco de 81 años. “Pero las acciones recientes y el silencio de su equipo de gestión han sido… decepcionantes, por decir lo menos. Parece que buscan crear distancia en lugar de unidad.”
Aunque Marko no mencionó nombres, sus comentarios fueron interpretados como una crítica directa a Raymond Vermeulen, el veterano representante de Verstappen y consejero de confianza de la familia, a quien se le atribuye haber alimentado las tensiones tras bastidores.
Horas después de la publicación de las declaraciones de Marko, Max Verstappen respondió de forma breve pero contundente. Durante una rueda de prensa previa al Gran Premio de China, el tricampeón del mundo fue consultado directamente sobre el comentario del asesor. Sin vacilar, Verstappen lanzó cinco palabras que rápidamente dieron la vuelta al mundo:
“Solo confío en el coche.”
La frase no solo fue clara, sino también muy significativa. Aunque no respondió directamente a Marko, Verstappen dio a entender que su enfoque está completamente centrado en el rendimiento, no en los conflictos internos.
Los expertos no tardaron en analizar el mensaje entre líneas. El expiloto y comentarista Martin Brundle dijo:
“Es la manera de Max de decir: ‘Estoy aquí para correr. Lo demás no me interesa’. Pero viniendo de alguien tan calculador como él, también podría ser una señal de que la confianza en la estructura del equipo ya no es la misma.”
Este episodio ocurre en un momento especialmente delicado para Red Bull, que enfrenta presiones crecientes tanto dentro como fuera de la pista. A pesar de la impresionante racha de Verstappen esta temporada, con cinco victorias en seis carreras, las dudas en torno al futuro del equipo aumentan, especialmente después de la salida del legendario técnico Adrian Newey.
Desde el muro, el mensaje oficial es de calma. El jefe del equipo, Christian Horner, declaró:
“Max es un talento excepcional. Está completamente comprometido con Red Bull y juntos estamos enfocados en ganar otro campeonato. Lo que se dice fuera del coche no importa tanto como lo que sucede en la pista.”
Sin embargo, el debate no se ha detenido. Las palabras de Verstappen están siendo diseccionadas en redes sociales y foros de fanáticos, muchos de los cuales se preguntan si la unidad de Red Bull está empezando a resquebrajarse.
Por ahora, los resultados siguen hablando: Max Verstappen lidera cómodamente el campeonato de pilotos, y Red Bull continúa dominando entre los constructores. Pero a medida que la temporada avanza y las tensiones internas se intensifican, la gran pregunta es: ¿cuánto tiempo más puede el rendimiento ocultar los problemas políticos?
Con la Fórmula 1 camino a Shanghái, todas las miradas estarán puestas en Verstappen — y en el ambiente dentro del paddock de Red Bull.