En un giro explosivo de los acontecimientos, Elon Musk, CEO de Tesla, SpaceX y propietario de X (antes Twitter), ha presentado oficialmente una demanda por difamación contra Joy Behar y el programa estadounidense The View, exigiendo 70 millones de dólares en concepto de daños y perjuicios.

La demanda, presentada esta mañana ante un tribunal federal en California, acusa a Behar y a la producción del programa de emitir “declaraciones calumniosas y deliberadamente engañosas” sobre Musk, causando, según sus abogados, un daño irreparable a su reputación tanto personal como profesional.

Un caso que ya está generando polémica

Los hechos se remontan a un segmento emitido la semana pasada, durante el cual Joy Behar habría hecho comentarios “falsos, maliciosos y sin fundamento” sobre Elon Musk. Entre otras cosas, lo acusó de “usar sus empresas para manipular la opinión pública” y de “fomentar la desinformación en redes sociales con fines políticos”. Los abogados de Musk califican estas declaraciones como “mentiras descaradas” difundidas en horario de máxima audiencia, amplificadas por redes sociales y replicadas por numerosos medios de comunicación.

“El Sr. Musk es una figura pública polémica, sí, pero eso no da derecho a nadie a difundir acusaciones falsas con la intención de dañar su imagen”, afirma la demanda de 28 páginas. “Las declaraciones de la Sra. Behar fueron hechas con malicia, sin evidencia y con la clara intención de perjudicar a nuestro cliente”.

¿Una cifra simbólica o una estrategia?

La cantidad reclamada –70 millones de dólares– ha llamado la atención por su magnitud, incluso en el sistema legal estadounidense. No obstante, los representantes legales de Musk argumentan que refleja “el impacto económico real y potencial” de las declaraciones difamatorias, incluyendo la posible influencia en el valor de las acciones de Tesla y en los acuerdos de inversión para proyectos como SpaceX y Neuralink.

“No se trata solo del ego. Se trata de responsabilidad mediática”, declaró el abogado principal de Musk, Mark Lansdale. “La época en la que se podía difamar a una figura pública sin consecuencias debe terminar”.

Reacciones inmediatas

La cadena ABC, que transmite The View, aún no ha emitido un comunicado oficial sobre el caso. Joy Behar, por su parte, reaccionó brevemente en X (antes Twitter): “Dije lo que pensaba. Si al Sr. Musk no le gusta la crítica, tal vez esté en el negocio equivocado”.

Esta respuesta encendió aún más la controversia. Los seguidores de Musk en redes sociales llamaron al boicot del programa, mientras que otros defendieron la libertad de expresión y acusaron a Musk de querer silenciar a sus críticos con poder económico.

Este conflicto se suma a la creciente tensión entre Elon Musk y los medios de comunicación, especialmente desde su adquisición de Twitter, sus posturas políticas y sus frecuentes declaraciones controvertidas.

Se avecina una batalla legal muy mediática

Expertos legales anticipan un proceso largo y mediático. “Los casos de difamación que involucran a figuras públicas siempre son complicados”, explicó Sarah McConnell, profesora de Derecho en la Universidad de Stanford. “Musk deberá demostrar que las declaraciones fueron falsas y que se realizaron con malicia, lo cual es un estándar legal elevado”.

Sea cual sea el desenlace, el caso promete captar la atención pública en las próximas semanas. Con dos protagonistas tan conocidos –Musk y The View–, este juicio podría convertirse en un espectáculo mediático y marcar un precedente en la relación entre magnates tecnológicos y medios tradicionales.