Pekín, China – Hace apenas unos minutos, el mundo fue testigo de una revelación que podría redefinir el futuro del transporte: China ha presentado oficialmente su primer automóvil volador de lujo, con un valor inicial de un millón de dólares y fecha de lanzamiento estimada para 2025. Este anuncio, realizado por una de las empresas tecnológicas más innovadoras del país, ha generado un verdadero terremoto en la industria automotriz global.
El vehículo, que combina lo mejor de la aviación avanzada y la automoción eléctrica, ha sido desarrollado por la empresa Xpeng AeroHT, una subsidiaria de XPeng Motors, uno de los gigantes chinos en tecnología de movilidad inteligente. El modelo, aún sin nombre definitivo, ha sido diseñado para despegar y aterrizar verticalmente (VTOL), permitiendo a los conductores evitar atascos y volar por encima del tráfico urbano.
Equipado con sistemas de navegación autónomos, tecnología anticolisión aérea, y una cabina completamente digital, este automóvil volador representa una visión futurista que muchos creían imposible hace solo una década.
El precio base de un millón de dólares no solo incluye el vehículo en sí, sino también un paquete completo de servicios: instalación de plataforma de aterrizaje privada, entrenamiento para pilotos, y asistencia técnica personalizada. Esta estrategia apunta a un público exclusivo, principalmente empresarios, celebridades y entusiastas de la tecnología dispuestos a formar parte de esta revolución aérea.

Según declaraciones oficiales, ya hay listas de espera para adquirir las primeras unidades, especialmente en Dubái, Singapur y algunas ciudades de Estados Unidos.
El anuncio no es simplemente un logro tecnológico. Marca un punto de inflexión en la movilidad urbana. Expertos de la industria señalan que este automóvil volador podría acelerar la transición hacia un nuevo modelo de transporte tridimensional, donde las calles ya no sean el único camino.
Países como Corea del Sur, Japón y Alemania ya están invirtiendo en tecnologías similares. Pero China, con esta jugada, ha dejado claro que quiere liderar la carrera del transporte aéreo personal. Además, se espera que esta innovación impulse nuevas regulaciones sobre movilidad aérea, infraestructura urbana y sostenibilidad ambiental.
El nuevo vehículo está impulsado por baterías eléctricas de última generación, capaces de ofrecer una autonomía de vuelo de hasta 100 kilómetros por carga, a una velocidad máxima de 130 km/h. En tierra, se comporta como un automóvil eléctrico convencional, con modos de conducción adaptativa, conducción autónoma nivel 4 y sistema de recarga rápida.
Este enfoque híbrido tierra-aire ha sido diseñado para facilitar la transición del usuario, ofreciendo una experiencia familiar pero con una visión hacia el futuro.
Otro de los grandes atractivos es su integración con inteligencia artificial. Los usuarios podrán planificar rutas aéreas, activar el despegue automático y gestionar todo el sistema desde una app móvil personalizada. Además, el vehículo está conectado a una red en la nube que le permite adaptarse en tiempo real a las condiciones del tráfico aéreo.
La noticia ha desatado un verdadero furor en redes sociales. En plataformas como Weibo, TikTok y Facebook, los videos del prototipo acumulaban millones de visualizaciones apenas minutos después del anuncio. Influencers y expertos en tecnología ya lo califican como “el comienzo de una nueva era”.
Los hashtags #AutoVolador, #ChinaInnova y #RevoluciónAérea están en tendencia global, lo que evidencia el enorme interés del público en este tipo de avances.
El automóvil volador chino no es solo una novedad futurista. Es el resultado de años de inversión en I+D, colaboración entre el sector público y privado, y una visión clara hacia un futuro más ágil, eficiente y sostenible.
Aunque el precio y la tecnología actual lo hacen inaccesible para la mayoría, como ocurrió con los primeros autos eléctricos, se espera que en los próximos años los costos bajen y el acceso se democratice.