El mundo del boxeo todavía está lidiando con las ondas de choque sísmicas de un choque vicioso que se desarrolló el lunes por la noche en Times Square, donde Rolly Romero entregó un impresionante knockout de Ryan García, dejando al autoproclamado “rey” sin sentido en el lienzo durante tres minutos agonizantes. En el evento principal de la muy esperada tarjeta de “Fatal Fury”, transmitiendo en vivo en PPV Dazn, Romero (17-2, 14 Kos) demolió a García (24-2, 20 KOs) con una mano derecha salvaje en la octava ronda, terminando su choque de peso welter de 12 rondas de manera que ha provocado debates sobre la resiliencia de Romero y el aumento de la subida meteorica. El momento, capturado en detalles inquietantes y tendencias bajo #rollykingknockout con más de 25 millones de visitas sobre X, ha dejado a los fanáticos, analistas y luchadores sin palabras, aunque no sin controversia.

La pelea comenzó como un partido de ajedrez táctico, con García, de 26 años, confiando en su velocidad de la firma y contrapasando para mantener a Romero, de 29 años, a raya. García, que regresó de una suspensión de un año para una prueba de drogas fallida después de su concurso de No Conting contra Devin Haney en abril de 2024, mostró destellos de su antiguo brillantez, aterrizaje dejó ganchos que sacudieron a Romero en la tercera ronda. Pero Romero, conocido por su estilo salvaje y pesado, absorbió el castigo y se adaptó, utilizando sus ángulos incómodos y su implacable presión para usar García. El punto de inflexión llegó en el octavo, cuando Romero atrapó a García en un intercambio, se agachó bajo una izquierda salvaje y desató una cruz derecha atronadora que se conectó directamente con la barbilla de García. El impacto fue inmediato: las piernas de García se doblaron, sus ojos rodaron hacia atrás y se arrugó hacia la colchoneta, fuera del frío antes de golpear el piso. El árbitro Harvey Dock salió de la pelea a las 1:48, pero el verdadero drama se desarrolló cuando García yacía inmóvil, su equipo y los médicos corriendo a su lado mientras la multitud aguantó el aliento.
Las repeticiones de video muestran a García tumbado boca abajo durante más de tres minutos, una imagen marcada que ha impulsado la preocupación y las críticas. El personal médico administró oxígeno, y aunque García finalmente se le ayudó a ponerse de pie, parecía desorientado, planteando preguntas sobre la gravedad del nocaut y la adecuación de los protocolos de seguridad en el anillo. Romero, mientras tanto, celebró con un arco teatral, gritando: “¡Te dije que soy el verdadero rey!” En el micrófono, un jab en el apodo real de García. Las estadísticas de nocaut cuentan parte de la historia: Romero aterrizó el 52% de sus golpes de potencia (34 de 65), según la cuenta no oficial de Compubox, en comparación con el 38% de García (28 de 74), con ese golpe final registrando aproximadamente 1,200 libras de fuerza, un número que ha dejado a los expertos rascándose las cabezas.
La narración del establecimiento rápidamente elogió la victoria de Romero como un testimonio de su resistencia, con comentaristas como Timothy Bradley de ESPN alabando su “corazón desvalido”. Sin embargo, esta rosca enmarcada se desmorona bajo escrutinio. El campamento de García ha insinuado el juego sucio, con el promotor Oscar de La Hoya sugiriendo que Romero pudo haber usado una sustancia ilegal para mejorar su poder, un reclamo sin apoyo por la evidencia pero haciéndose eco del escándalo de dopaje pasado de García. Los fanáticos en X están divididos: @BoxingTruth2025 con la luz: “¡Rolly acaba de terminar King Ry, brutal y hermosa!” Mientras @garcianation lloró: “¡Esta fue una configuración: García fue robada de una pelea justa!” El colapso prolongado también ha provocado indignación, y algunos acusaron al NYSAC de negligencia por permitir que García continúe después de tambalearse visiblemente en la séptima ronda, lo que plantea preocupaciones más amplias sobre la seguridad de los luchadores en los combates de alto riesgo.
El camino de Romero hacia este momento ha sido difícil. Después de perder ante Isaac Cruz y Gervonta Davis por detención en los últimos años, su relación eliminatoria del 81% había sido cuestionada como una casualidad contra los oponentes menores. Esta victoria, sin embargo, silencia a los escépticos, impulsándolo a la disputa por el título del cinturón de peso welter “regular” de la AMB en la línea. Para García, la pérdida es un golpe devastador, que lo deja caer a 24-2 y arroja dudas sobre su preparación mental y física después de un turbulento 2024 marcado por controversias personales y las consecuencias de Haney. Su declaración posterior a la pelea, entregada a través de Instagram, fue Terse: “Volveré. Esto no ha terminado”. Sin embargo, la imagen de él tambaleándose al vestuario sugiere que una recuperación más larga puede estar en orden.
La tarjeta, con Devin Haney vs. José Ramírez y Teofimo López vs. Arnold Barboza Jr., fue eclipsada por el caos del evento principal. El promotor de la temporada de Riad, Turki Alalshikh, lo llamó “la noche más dramática en el boxeo”, pero el enfoque sigue siendo el colapso de García y la coronación de Romero. Las actualizaciones médicas están pendientes, pero el incidente ha reavivado las llamadas de protocolos de conmoción cerebral más estrictos y sistemas de reproducción instantánea: indicaciones que el NYSAC ha enfrentado críticas en controversias pasadas, como la saga Davis-Roach.
Esta “guerra en el anillo” ha reescrito la narrativa de peso welter, con Romero emergiendo como una fuerza y el reinado de García en ruinas. Queda por ver si se trata de un ascenso de cuento de hadas o una casualidad, pero una cosa es segura: el mundo del boxeo hablará sobre este nocaut en los próximos años.